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Discurso conciliador de Michelle Bachelet.

Por Julio Suarez Anturi

Komodolarevista.

Santiago de Chile. El discurso conciliador de la cuarta y última cuenta pública al país de la presidenta Michelle Bachelet marcó la semana política en Chile.

Procuró dejar bien sentada la idea de que el suyo es “el Gobierno de la Seguridad Social” y ofreció ese legado a la historia y a su sucesor, que sin embargo no señaló que pudiera ser el candidato Eduardo Frei, presente en el recinto del Congreso en Valparaíso, donde tuvo lugar su balance.

El ex presidente Eduardo Frei es militante de la Democracia Cristiana, uno de los partidos que conforman la Concertación (junto con el Partido Socialista, el de la presidenta Michelle Bachelet; el Partido Por la Democracia, del ex presidente Ricardo Lagos; y el Partido Radical), cuya alianza aspira mantenerse en el poder tras esa candidatura.

Y de la misma manera como no indicó el destinatario de su herencia gubernamental, la presidenta destacó con tono conciliador la labor del Congreso, en el que la Concertación es minoritario, y evitó referirse a la oposición.

La oposición la encabeza el candidato Sebastián Piñera, un multimillonario en la revista Forbes, perteneciente a Renovación Nacional, que junto con la Unión Democrática Independiente (UDI) conforman la Alianza, la cual acaba de ampliar su base con la adhesión del movimiento ChilePrimero, escindido de la Concertación.

El bienestar social no es privativo de la Concertación, ha dicho la oposición tras la alocución presidencial, pero curiosamente ha admitido los logros del gobierno de Michelle Bachelet, actitud inédita hace apenas un semestre atrás.

La presidenta Michelle Bachelet entregó su cuarta y última cuenta pública, con un apabullante 67% de respaldo popular, según las encuestas.

Y con la crisis económica como telón de fondo, sobre la que dijo que Chile ha podido enfrentar de mejor manera que otros países, gracias al ahorro que hizo durante la bonanza del precio internacional del cobre, mineral de primer orden en las finanzas del país.

En su balance también incluyó varios anuncios, como el pago de un bono extraordinario de $40.000 a familias de escasos recursos, con lo cual aspira a que la demanda interna se mantenga y ayude a la reactivación económica.

Anunció el aumento de la pensión básica, de 120 mil pesos a 150 mil pesos (el peso chileno se cotiza hoy a $561,55 por dólar), y dijo que a contar del 1 de julio se entregará un ajuar a todos los recién nacidos en establecimientos de la red pública de salud.

Para los estudiantes de educación superior, tanto técnica como universitaria, planteó que no deben abandonar los estudios por problemas económicos, para lo cual ofreció una línea de garantía de la Corporación de Fomento, Corfo, para que las instituciones de educación superior puedan mantener a los jóvenes con problemas de pago.

Además, ordenó al Ministerio de Obras Públicas que incremente la construcción de nuevas vías, con el objeto de seguir dando trabajo (pues el desempleo está en niveles pocas veces visto, del 8,4%) y prometió un conjunto de medidas para acceder a la vivienda:

–como otorgar 15 mil nuevos subsidios de protección familiar

–aumentar en un 20% los recursos del Fondo Solidario de Vivienda Única, y

–20 mil nuevos subsidios para la totalidad proyectos ingresados hasta mayo al Servicio de Vivienda.

Los anuncios costarán US$ 330 millones, que saldrán del impuesto a los combustibles, recursos del Tesoro Público y reasignaciones presupuestales, según precisó el ministro de Hacienda, Andrés Velasco.

La oposición consideró inadecuado el exceso de asistencialismo del gobierno, pero ofreció mantener algunos frentes de trabajo, en la seguridad de que será Sebastián Piñera, y no Eduardo Frei, quien suceda a la presidenta Michelle Bachelet.

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