Por BEN FELLER y ANDREW TAYLOR
WASHINGTON — Ante el enojo de los votantes por el aumento en los déficit presupuestales, el presidente Barack Obama le pedirá al Congreso que congele el gasto de algunos programas internos durante tres años a partir del 2011, informaron funcionarios del gobierno.
Por otro lado, el mandatario prometió apoyar a una clase media que ha sido «atacada», con el fin de facilitarle el pago de sus facturas, el ahorro para el retiro y la atención a niños y a padres ancianos.
El congelamiento en el gasto se aplicará a una proporción relativamente pequeña de presupuesto federal y afectará unos 477.000 millones de dólares de dinero disponible para agencias nacionales cuyos presupuestos son aprobados por el Congreso cada año. Algunas de esas agencias podrían obtener aumentos en su presupuesto, otras recortes.
Este tipo de programas recibió un aumento de casi 10% este año. El presupuesto federal total fue de 3,5 billones de dólares.
El plan de tres años de duración será parte del presupuesto que Obama presentará el 1 de febrero, dijeron altos funcionarios del gobierno que hicieron estas declaraciones bajo condición de permanecer en el anonimato con el fin de poder revelar detalles privados.
El Pentágono, los programas para veteranos, la ayuda al exterior y el Departamento de Seguridad Nacional quedarán exentos del congelamiento.
Con la medida se espera que los ahorros sean pequeños al comienzo, entre 10.000 a 15.000 millones, dijo uno de los funcionarios. Pero en la próxima década podrían sumar hasta 250.000 millones.
La Casa Blanca enfrenta una gran presión para reducir los déficits —los números rojos llegaron a un récord de 1,4 billones este año— o al menos evitar que crezcan.
Tras su victoria la semana pasada en el escaño de Massachusetts en el Senado, los republicanos no han tenido miramientos para atacar duro sobre el asunto de la deuda, y las encuestas muestran que la población está cada vez más preocupada.
Por su parte las declaraciones de Obama fueron un anticipo del discurso anual sobre el Estado de la Nación que presentará el miércoles por la noche. En este mensaje el presidente delimita las metas principales del país para el próximo año.
Las propuestas que describió no crearán empleos, pero dijo que «podrían restablecer algo de la seguridad que se ha perdido». Sus declaraciones buscaban avivar el ánimo del país y mostrar que está cerca de las preocupaciones de millones de personas ante el disgusto por la pérdida de empleos y el empeoramiento de la economía.
Las iniciativas conforman un paquete de créditos fiscales, aumento de gasto y nuevos decretos para los empleados con el fin de alentar el ahorro para el retiro de los trabajadores. La mayoría estará incluida en el presupuesto de Obama para el año fiscal que comienza el 1 de octubre y requerirán la aprobación del Congreso. El mandatario liberará el presupuesto el 1 de febrero.
Obama prometió ayudar a los estadounidenses que tienen problemas para pagar sus cuentas y cuidar a sus familias, en especial a la clase media que dijo ha sido «atacada desde hace mucho tiempo».
Pero el discurso del presidente a la nación también hablará sobre las reglas más estrictas para Wall Street y una mayor disciplina financiera en Washington.
Otra de las prioridades de la presidencia es la creación de empleos, pues el desempleo continúa en niveles de cifras de dos dígitos. Aunque Obama reconoció que las familias necesitan también otros tipos de ayuda para pagar por el cuidado de sus hijos, a los ancianos, ahorros para el retiro y el pago de la deuda de los estudiantes universitarios.
Lo que no quedó en claro en sus declaraciones es cómo se lograrán los programas para atender esto o cuánto costarán.
(AP)