Icono del sitio Komodo La Revista

Soldados de EEUU aterrizan en palacio presidencial de Haití

Por ALFRED de MONTESQUIOU y MIKE MELIA

PUERTO PRINCIPE — Decenas de soldados estadounidenses aterrizaron el martes en los jardines del palacio presidencial de Haití, en medio de vítores de las víctimas del terremoto, y la ONU dijo que enviará 3.500 soldados y policías adicionales para acelerar las tareas de ayuda al devastado país caribeño.

Las fuerzas de la ONU ayudarán a controlar los estallidos de violencia y saqueos que demoran la distribución de provisiones. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el envío de 2.000 soldados para sumarse a los 7.000 efectivos de las fuerzas de paz y 1.500 agentes para la fuerza policial internacional de 2.100.

Los haitianos se abarrotaron en la verja del palacio con cara de sorpresa, dando vítores a medida que los soldados saltaban a tierra.

«Estamos felices de que lleguen, porque tenemos muchos problemas», dijo Fede Felissaint, un peluquero.

Dadas las circunstancias, no le importó que los soldados tomaran posición frente al palacio presidencial.

«Si quieren, que se queden por más tiempo que en 1915», dijo, refiriéndose al inicio de los 19 años de presencia estadounidense en el país. Las autoridades estadounidenses han insistido en que no tienen ninguna intención de hacer eso.

Una semana después del sismo de 7,0 de magnitud, que se calcula mató a unas 200.000 personas, se esperaba que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobase tropas de paz adicionales. Unos 2.000 infantes de marina que llegaron al área la víspera estaban estacionados frente a la costa en sus barcos.

El puerto permanecía bloqueado. La distribución de comida, agua, y productos de primera necesidad desde el único aeropuerto de la ciudad está aumentando pero aún necesita mejorar considerablemente, frustrando a los muchos sobrevivientes que duermen en las calles y en campos al aire libre.

Sin embargo, episodios de violencia y saqueos también hacen peligrar las pequeñas mejoras registradas a la hora de ofrecer ayuda a las víctimas.

A tan sólo cuatro manzanas del aterrizaje estadounidense, cientos de saqueadores corrían por el centro de la ciudad.

«Así son las cosas. No hay nada que podamos hacer», dijo Arina Bence, una agente de policía haitiana que intentaba mantener a los civiles fuera de la zona de saqueo por su propia seguridad.

Gente en un distrito de las colinas de Puerto Príncipe bloqueó el acceso a su calle con vehículos y pidió a los hombres jóvenes que patrullaran en busca de saqueadores.

«Nunca contamos con el gobierno aquí», dijo Tatony Vieux, de 29 años. «Nunca».

Los analistas de la Comisión Europea estiman que 250.000 personas resultaron heridas y 1,5 millones se quedaron sin hogar. Multitudes de personas viven en campamentos de lonas plásticas y en automóviles cubiertos con polvo. Muchos se exasperaban por el retraso en la llegada de víveres.

«Simplemente no comprendo por qué los extranjeros tardan tanto», dijo Raymond Saintfort, un farmacéutico que trajo dos maletas de aspirinas y antisépticos hasta las ruinas de una residencia de ancianos donde docenas de residentes sufrían.

John Holmes, encargado de temas humanitarios para la ONU, dijo que no todos de los 15 centros de distribución organizados por las Naciones Unidas estaban en funcionamiento aún.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU dijo que esperaba impulsar las operaciones para aumentar las raciones de alimentos de 67.000 personas a 97.000 el lunes. Pero dijo que necesita 100 millones de raciones preparadas en los próximos 30 días y pidió más donaciones.

El ejército estadounidense explicó que ahora puede manejar 100 vuelos al día a través del aeropuerto, un significativo aumento comparado con los 60 de la semana pasada, pero aún así se necesitarían más.

Los soldados lanzaban con paracaídas cajas con mercancías a una zona segura fuera de la ciudad el lunes, en lugar de abarrotar el aeropuerto.

Mientras tanto, los rescatistas continuaban encontrando sobrevivientes.

Equipos de rescate internacionales sacaron a dos mujeres haitianas en camillas de un edificio universitario colapsado, usando maquinaria para romper piedras. Una hermana de una de las sobrevivientes empezó a gritar, agradeciéndole a Dios, cuando vio salir a las mujeres.

En la ciudad de Bourdon, equipos de rescatistas franceses, dominicanos y panameños dijeron que oyeron latidos de corazón bajo los restos de un banco destrozado a través de equipos tecnológicos de detección. Trabajaron durante la noche para intentar rescatar a un sobreviviente.

El marido de una mujer desaparecida observaba entre la multitud.

«Voy a estar aquí hasta que encuentre a mi mujer, aguantaré hasta que la encuentre, muerta o viva», dijo Witchar Longfosse.

En Nueva York, el organismo más poderoso de la ONU aprobó por unanimidad el envío de los efectivos adicionales.

El jefe de misiones de paz, Alain LeRoy, dijo que esos efectivos son esenciales para proteger los convoyes humanitarios y crear una fuerza de reserva en caso de un deterioro mayor de la situación. Previamente dijo que turbas de saqueadores se congregaban en los puestos de distribución de alimentos y agua y que la policía haitiana había regresado a las calles en «números limitados».

Unos 2.000 infantes de marina estadounidenses esperaban en barcos frente a la costa y el Pentágono dijo que había más efectivos en camino.

El ex presidente estadounidense Bill Clinton visitó un hospital y dijo que su personal tuvo que usar vodka para esterilizar el equipo médico.

«Es increíble lo que los haitianos han sido capaces de lograr», señaló.

Personal médico dijo que estaba tratando heridas de bala, debido a la violencia, además de huesos rotos y otras heridas relacionadas con el terremoto.

La noche era especialmente peligrosa y grupos locales formaban brigadas y grupos armados con machetes para enfrentarse a bandidos.

«Se vuelve demasiado peligroso», dijo Remi Rollin, un guarda privado de seguridad contratado por un comerciante para ahuyentar a los saqueadores.

Alain Le Roy, encargado de las misiones de paz de la ONU, dijo que los grupos violentos acuden a los puntos donde se distribuye agua y comida y que la policía haitiana había regresado a las calles sólo «en números limitados».

Un voto del Consejo de Seguridad se espera que añada 1.500 agentes de policía de la ONU y 2.000 miembros más de las misiones de paz. Los nuevos efectivos se unirían al personal de seguridad de 9.000 personas que tiene ya la ONU en Haití.

Funcionarios estadounidenses y haitianos avisaron de que los intentos de los haitianos para llegar a Estados Unidos en barco serían frustrados. El embajador de Haití en Washington, Raymond Joseph, urgió a sus conciudadanos a no huir.

«Si creen que llegarán a Estados Unidos y las puertas se les abrirán, ese no es el caso», dijo, según una transcripción en un portal de internet del departamento de Estado estadounidense. «Los interceptarán en el mar y les enviarán de regreso a casa».

(AP)

Salir de la versión móvil