Unos 12 mil reclusos de distintas cárceles del estado California, al oeste de Estados Unidos (EE.UU.), llevan a cabo una huelga de hambre para exigir mejoras de las condiciones en que se encuentran.
Según difundieron medios locales, la huelga inició el 26 de septiembre en la Unidad Especial de Seguridad en la prisión estatal de Pelican Bay.
Indican que de los 12 mil reclusos sumados a la huelga, tres mil permanecen detenidos en cárceles de Arizona (suroeste), Mississippi (sureste) y Oklahoma (centro-sur).
En California los centros de reclusión en huelga de hambre son: Pelican Bay, Calipatria, Centinela, Corcoran, Ironwood, Kern Valley, North Kern, Salinas Valley, Pleasant Valley, San Quentin y el Centro de rehabilitación en Norco; además del Centro de detención West Valley en el condado de San Bernardino.
Una de las demandas de los reclusos es la humanización de los centros, pues son confinados al aislamiento por largos periodos como medida disciplinaria; y las visitas de familiares han sido suspendidas por supuestos problemas de seguridad.
Familiares de los detenidos denunciaron el problema de la suspensión de las visitas el fin de semana pasado, en tanto el Departamento de Corrección y Rehabilitación de California (CDCR) expulsó a los abogados solicitados por los internos para representarlos en la mediación con las autoridades penitenciarias en torno a esta situación.
No obstante, las autoridades carcelarias advirtieron que castigarán a los reclusos que no coman y separarán a los líderes de la protesta para colocarlos en una «unidad administrativa de segregación».
La abogada Carol Strickman es una de las letradas a quien se le prohibió el acceso a las instalaciones del CDCR, quien expresó que es una situación preocupante, y además expuso que “obviamente no me quiero imaginar lo peor, pero estamos legítimamente preocupados por la violencia de la administración penitenciaria”.
Los abogados han solicitado desde el viernes pasado reunirse con el gobernador Jerry Brown para discutir el problema, pero aún no han recibido respuestas de la parte oficial.
Por su parte, el portavoz de la organización Solidaridad con la Huelga de Hambre de los Presos, Isaac Ontiveros, señaló que «esperamos que esta amplia participación las obligue (a las autoridades penitenciarias) a negociar y a satisfacer las demandas básicas de las personas encerradas entre esas paredes».
Apuntó que «hay algunas personas que llevan 20 años en régimen de aislamiento» y «sólo quieren cambiar sus condiciones».
Las autoridades carcelarias sostienen que la huelga sólo ha sumado a mil 245 presos en cuatro cárceles desde el 26 de septiembre. Indican que la huelga alcanzó un máximo de cuatro mil 252 reclusos que no habían recibido nueve o más comidas desde la referida fecha, y luego la protesta había menguado.
Los reclusos de EE.UU. habían realizado una huelga de hambre en julio pasado, que cesó «tras haber recibido la oferta de sombreros calientes, calendarios y una promesa de reconsideración del aislamiento por parte de alguaciles, que fue incumplida», difundió la prensa.