Por TOM WITHERS
ORLANDO, Florida, EE.UU. — Como cualquier pareja, han tenido sus altas y sus bajas. Se han peleado en público y en privado. Se separaron durante un año y volvieron a unirse tras comprender que era lo mejor para sus carreras. Han envejecido juntos.
Kobe Bryant y Phil Jackson han perdurado.
Unidos por el basquetbol, el superastro y su reflexivo entrenador están a punto de ganar otro título de la NBA.
El cuarto de Bryant y el décimo y un récord para Jackson.
El domingo, los Lakers de Los Angeles, en busca de su 15to campeonato y el primero desde el 2002, intentarán acabar con el Magic de Orlando en el quinto partido de una final en la que todos los encuentros, menos el primero, han sido decididos por una o dos jugadas cruciales en los últimos segundos.
Tras un día de descanso después de la victoria de Los Angeles por 99-91 en tiempo extra en el cuarto partido, los dos equipos entrenaron el sábado en el estadio Amway. El Magic, que ha sido dado por muerto en varias ocasiones en estos playoffs, tiene fe en que puede convertirse en el primer equipo en la historia de la final de la NBA que supera un déficit de 3-1.
Los equipos que tuvieron los primeros 29 intentos por lograr la hazaña fracasaron.
«Sabemos lo que nos espera», dijo el pívot Dwight Howard de Orlando, cuya mala puntería en los tiros libres (seis en 14 tiros) en el cuarto partido afectó al Magic. «Sabemos lo que se ha dicho y la situación en la que estamos. No dejaremos de creer».
Los Lakers entienden lo que está en juego. No quieren darle respiro a un equipo de Orlando que ya ha repuntado anteriormente. Un año después de haber perdido la final ante Boston, Bryant y sus compañeros quieren concluir bien lo que han empezado igual.
Esta es la oportunidad que Bryant añoraba, la oportunidad de silenciar a los que sienten que necesita un cuarto título para darle validez a su legado. El y los Lakers no han tenido grandes logros en la NBA desde que Shaquille O’Neal se fue del equipo en el 2004.
Bryant asegura que el argumento de que es incapaz de ganar un título sin contar con Shaq no lo ha molestado, aunque es difícil creerle. Los tres campeonatos consecutivos del 2000 al 2002 llegaron con suma facilidad. Parecía que rápidamente ganaría el cuarto, quinto y sexto títulos.
Pero ha pasado mucho tiempo desde el último que ganaron los Lakers.
Muy dedicado a estudiar el juego, Bryant sabe que son los títulos de campeonato los que separan a los jugadores muy buenos de los jugadores legendarios.
Bill Russell ganó 11 añillos de campeonato. Michael Jordan seis. El sábado le preguntaron a Bryant si la marca de Jordan es una cifra que le gustaría alcanzar.
«Estoy tratando de ganar este cuarto (título)», respondió sonriente.
