«El cartero de Neruda» se viste de gala

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Escritor Chileno, Antonio Skamenta / AFP PHOTO / Martin BERNETTI

Santiago, Chile | AFP | jueves 31/05/2018  «Es un libro vestido de traje de gala», asegura el novelista chileno Antonio Skármeta al comentar la nueva edición ilustrada de «El cartero de Neruda», su obra más conocida que surgió primero en el cine y ha sido traducida a 25 idiomas.

Con ilustraciones de la artista chilena Raquel Echenique, esta nueva edición que publica la editorial Lumen, «elegante y sólida», visiblemente le ha emocionado porque le recuerda a los libros de otros tiempos de tapas duras y presentación cuidada.

Publicado en 1985 con el título original de «Ardiente paciencia», esta novela corta del escritor de origen croata es el desarrollo de la película homónima que se estrenó dos años antes. Más tarde, la novela inspiró la multipremiada cinta «Il Postino», dirigida por Michael Radford, que fue estrenada en 1994 y ambientada en Italia.

El libro «es como una carta de presentación en distintos lados», que se ha convertido en «un compañero de toda la vida», asegura el titular del sillón número 20 de la Academia de la Lengua chilena desde 2015.

La novela cuenta la historia de una admiración sin límites del joven cartero Mario Jiménez, que cada día le lleva la correspondencia al poeta, con quien acaba entablando una relación muy especial, a su casa de Isla Negra, en las orillas del imponente Pacífico, poco antes de que recibiera el Nobel de Literatura (1971).

Skármeta, de 77 años, cuenta a la AFP desde su casa en un barrio residencial del oriente de Santiago que la historia del cartero Jiménez reproduce de alguna forma el afecto de los chilenos por su poeta más universal y muchos se han sentido inspiradores del personaje.

«Varias personas a lo largo de las décadas han ido declarando que ellos fueron el cartero de Neruda y piensan que están detrás del personaje ¡pero es imposible, porque el personaje es totalmente inventado!», asegura.

Recuerda que en un mitin en 1969, cuando Neruda era candidato a la presidencia de Chile antes de renunciar en favor de Salvador Allende (1970-1973), el centenar de personas humildes congregadas más que la arenga política venían a escuchar poesía.

«¡Tenía una relación tan real con la gente!», exclama el novelista, que dedicó uno de sus libros a recorrer la vida y obra del Nobel, «Neruda por Skármeta».

Neruda no pudo leer «El Cartero» ya que murió el 23 de septiembre de 1973 pocos días después del golpe militar de Augusto Pinochet, pero Skármeta le dio su primer libro, «El entusiasmo».

Cuando después le preguntó si lo había leído, el poeta le dijo: «Sí, muchacho, lo leí y lo encuentro bueno pero esto no quiere decir absolutamente nada, porque todos los primeros libros de los escritores chilenos son buenos», rememora entre risas.

– Cine y literatura –

Guionista de renombre detrás de películas como «NO» de Pablo Larraín sobre el referéndum que perdió Pinochet en 1998, abriendo la puerta a la democracia, tiene claro que sin el cine puede vivir pero no sin la literatura.

«Cine y literatura avanzan mucho de la mano pero habría que decir que antes del huevo está la gallina. Creo que es difícil que una obra de cine no tenga un guión y que éste no sea literatura», asegura antes de precisar que para él la escritura «es darle una forma visual».

No quiere decir si prepara una nueva obra porque «siempre» escribe.

«Cuando escribo es difícil saber lo que va a salir. Predominan los sentimientos, los personajes, a los que voy ligando dramatúrgicamente cuando los conozco», asegura el escritor, que en 2016 fue exitosamente operado de un cáncer de estómago.

«Todavía es un misterio para mí saber lo que voy a encontrar», pero los temas que más le atraen son la «sorpresa de vivir, las relaciones familiares, sobre todo padres-hijos (tiene tres de dos matrimonios), la intensidad de la vida y el cruce clásico de vida y muerte».

«Mi literatura crece con un sentimiento de la fugacidad muy grande», asegura, un sentimiento que experimentó por primera vez con la muerte de su abuelo paterno cuando tenía ocho años.

Al igual que Neruda, que fue embajador en París, o Jorge Edwards, encargado de negocios en Cuba, Skármeta fue representante diplomático de Chile en Berlín (2000-2003), en cuya parte occidental había vivido exiliado durante la dictadura de Pinochet (1973-1990).

af/pa/ll

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