Con celulares y PCs también se pueden leer libros electrónicos

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Por PETER SVENSSON

NUEVA YORK — Hace unas semanas, Pasquale Castaldo estaba esperando un vuelo retrasado en el aeropuerto de Dallas-Ft. Worth, cuando un hombre sentado enfrente encendió un dispositivo para la lectura de libros electrónicos que vende en Estados Unidos la empresa Amazon, llamado comercialmente Kindle.

«Caray, quizá debería pensar yo mismo en esto de los libros electrónicos», pensó Castaldo, quien no tenía un Kindle, pero sí un modelo avanzado del teléfono Blackberry. Lo encendió y buscó los programas disponibles. De hecho, la librería Barnes & Noble ofrecía justamente un programa para lectura de libros electrónicos. Castaldo, de 54 años, lo descargó y en menos de un minuto estaba leyendo «Orgullo y prejuicio», de la novelista británica Jane Austen.

Como otros lo están descubriendo también, el empleado bancario de North Haven, Connecticut, se dio cuenta que no era necesario un Kindle para leer los llamados «e-libros».

«La Blackberry siempre está conmigo», dijo Castaldo. «En lugar de quedarme simplemente allí sentado, si puedo ocupar ese tiempo leyendo un buen libro, podría hacerlo, además de hacer otras cosas que podría hacer, como leer correos electrónicos y comunicarme por Twitter».

Gracias al Kindle de Amazon.com, las ventas de e-libros están subiendo de forma vertiginosa finalmente, después de estar de capa caída durante más de una década.

El pionero dispositivo para lectura de libros electrónicos domina el mercado estadounidense, pero quizás no por mucho tiempo. Como ocurrió con Castaldo, muchos teléfonos de la actualidad son suficientemente complejos y tienen pantallas suficientemente cómodas para usarse como dispositivos de lectura electrónica. Además, la lectura de e-libros en computadora ya es sorprendentemente popular.

Las ventas de e-libros reportadas a la Asociación Estadounidense de Editores han estado subiendo agudamente desde principios de 2008, justo después del lanzamiento del Kindle.

Es el mejor crecimiento económico continuo que el sector haya visto desde que el Foro de Internacional de Publicaciones Digitales empezó a seguir sus ventas en 2002, una señal de que los e-libros podrían estar a punto de irrumpir finalmente en la corriente principal de mercancías.

Las ventas de e-libros en Estados Unidos de abril a junio de este año creció más de tres veces frente al segundo trimestre de 2008, informaron más de una decena de editores.

Las ventas totales reportadas a precios de mayorista fueron de 37,6 millones de dólares, que representan menos de 2% del mercado global de libros, pero la cifra subestima las ventas de e-libros, porque no todos los editores contribuyen al informe total. La cifra también excluye libros de texto, un área donde los e-libros han hecho incursiones sustanciales.

Aunque otros medios digitales, como los discos compactos, los DVD y las canciones en formato MP3 mostraron tasas de crecimiento fuerte desde sus inicios, los e-libros han tenido un arranque comparativamente lento, como un fragmento diminuto de las ventas globales de libros desde hace más de una década. En varios periodos, las ventas de hecho bajaron de un año a otro mientras los editores vacilaban en su compromiso e interés.

La tecnología también ha enfrentado una resistencia única de parte de los consumidores, porque los libros impresos les sirven bien.

Los dispositivos de lectura electrónica más conocidos, el Kindle y el Reader de Sony, intentan emular la apariencia de las páginas impresas con una tecnología conocida como «tinta electrónica».

Además de que muchos opinan que esas pantallas son desagradables para leer, la tinta electrónica también impone limitaciones significativas en los dispositivos. No pueden contar con iluminación de fondo, como otras pantallas. Tampoco pueden desplegar colores. Son lentos para refrescar las imágenes, haciéndolos de uso difícil para navegar por Internet u otras actividades de computadoras.

El Kindle tiene una conexión inalámbrica directa a la tienda de Amazon, lo que significa que los usuarios pueden comprar y descargar libros al dispositivo en unos cuantos minutos, de la misma forma en que Castaldo pudo hacer en su teléfono inteligente. El Reader no tiene capacidad inalámbrica y necesita conectarse a una computadora para bajar libros de internet.

Amazon no está apostando exclusivamente a su Kindle. En marzo comenzó a ofrecer un programa para que los usuarios de iPhone puedan ingresar a su tienda del Kindle. También ha atraído a otros creadores de programas para la lectura de e-libros en teléfonos inteligentes, pero estos programas no pueden ingresar a la tienda del Kindle.

Shanna Vaughn, trabajadora universitaria y lectora voraz en el condado de Orange, California, ha estado leyendo e-libros en una computadora o un organizador portátil desde hace por lo menos 10 años, pero fue un hábito ocasional hasta que obtuvo un iPhone el año pasado. Vaughn dice que cedió principalmente por la conveniencia: Vaughn puede comprar y puede bajar libros casi al instante en su teléfono, sin necesidad siquiera de pisar una librería.

Vaughn, de 35 años, no está interesada en un Kindle o en un Reader.

«Nunca quise realmente un dispositivo que tuviera una sola función. No me imagino gastar… 300 dólares por un dispositivo con el que quedo enganchada con un solo vendedor. En cambio, con mi teléfono hago todo».

Sarah Rotman Epps, una analista de la firma Forrester Research, afirma que aunque el Kindle ha detonado el interés de los consumidores en los e-libros, las descargas de programas para lectura para teléfonos inteligentes han superado por mucho las ventas de Kindles.

El programa Stanza para los dispositivos iPhone y iPod, por ejemplo, ha sido descargado más de dos millones de veces en Estados Unidos desde el tercer trimestre del año pasado, en comparación con los más de 900.000 Kindles vendidos hasta el primer trimestre de este año, según cifras estimadas por Rotman Epps. Lexcycle, el fabricante de Stanza, fue adquirido en abril por Amazon, que no revela las ventas del Kindle.

«Habrá un mercado para los dispositivos especializados de lectura, pero hay un mercado potencial aún más grande para lectura en dispositivos que la gente ya posee, como teléfonos inteligentes», agregó.

Según un estudio hecho durante la primavera boreal por la firma de investigación Simba Information entre 2.600 adultos, la manera más popular para leer e-libros es otro dispositivo de uso general: la computadora personal. El estudio halló que el 8% de los adultos analizados habían comprado un libro electrónico el año pasado, una cifra alta si se considerando que las ventas del Kindle representaron menos de medio punto porcentual de los adultos en Estados Unidos.

Bob LiVolsi, fundador y director general del minorista independiente de e-libros BooksOnBoard, dijo que dos tercios de sus clientes leen libros en sus computadoras. Señaló que las obras más populares son las de romance, suspenso y misterio, que cuesta entre cinco y siete dólares. Añadió que sus compradores no tienen ingresos altos y que no creen que se justifique el costo de un dispositivo especializado.

Aunque la adopción de los e-libros ha sido lenta, las computadoras personales han tenido una gran ventaja en el cambio de hábitos, opinó Michael Norris, analista sénior de la industria editorial en Simba. Su ubicuidad significa también que proporcionan cierto camuflaje a los lectores ávidos que quieren leer una novela de romance en la oficina mientras fingen que trabajan», agregó.

Robert Lisi, un empleado de una firma de construcción en Charlestón, Carolina del Sur, lee en su Blackberry cuando no tiene a la mano su Reader de Sony.

Incluso se afilió a un servicio llamado The Daily Lit, que cada día manda por correo electrónico partes de un libro que toman unos cinco minutos en leerse en un Blackberry o en la pantalla de la computadora.

«Tengo audiolibros, tengo los libros en papel y e-libros», dijo Lisi. «Yo quisiera leer un libro por semana, pero trabajo, así que no puedo hacerlo».

Agencia AP.

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