La Habana, Cuba – Cuba aseguró este viernes que su turismo, principal actividad económica después de los servicios médicos, continúa creciendo pese a medidas y «campañas» de Washington para desalentarlo.
Hasta el 9 de agosto, la isla contabilizó el ingreso de 3 millones de turistas en lo que va del 2018.
Esa cantidad «se logra en medio de las campañas organizadas y dirigidas por el Gobierno de Estados Unidos para desestimular el flujo de visitantes estadounidenses a nuestro país», dijo el ministerio del Turismo (Mintur) en un comunicado.
El Mintur señala que «continúan marcando pauta en la emisión de visitantes a la Isla, Canadá, los mercados europeos habituales (Francia, Alemania, Reino Unido, Rusia y España); por Latinoamérica México, Argentina y Chile».
Cuba recibió 4,5 millones de turistas en 2017. Las previsiones de crecimiento para este año se vieron ensombrecidas por los efectos del huracán Irma, que dañó varias instalaciones hoteleras, además de las medidas restrictivas para viajes aplicadas por Washington.
Según cifras oficiales cubanas, durante 2017 visitaron la isla 619.523 ciudadanos estadounidenses, un alza de 217% frente a 2016, en tanto 453.905 cubanos residentes en Estados Unidos visitaron Cuba, un 137.78% frente al año anterior.
Los estadounidenses no pueden visitar Cuba legalmente como turistas por las restricciones del embargo que aplica Washington hace más de cinco décadas.
Pero el gobierno de Barack Obama (2009-2017) ensanchó las 12 categorías de permisos tras restablecer relaciones en 2015, lo que desató un crecimiento en los viajes a la isla.
Sin embargo, la actual administración de Donald Trump volvió a estrechar las categorías restringiendo las visitas individuales.
Además, está prohibido para los estadounidenses alojarse o hacer tratos con los negocios turísticos donde los militares cubanos tienen participación económica y que son más de un centenar.
Todo ello en medio de una acusación de supuestos «ataques acústicos» sufridos por diplomáticos estadounidenses de la embajada en La Habana.
El Departamento de Estado advirtió primero a sus ciudadanos que Cuba era un destino inseguro para sus viajes y les solicitó reconsiderarlos, en referencia a posibles consecuencias para su salud.
Las autoridades cubanas han replicado que las acusaciones de los ataques carecen de base científica y que son «campañas» políticas, con la intención de mostrar a la isla como un destino inseguro.
«Lo acontecido hoy (con los 3 millones de turistas) demuestra la confianza y reconocimiento alcanzado por el turismo cubano como un destino de paz, salud y seguridad», enfatizó el ministerio de Turismo.
La Habana agregó que los tres millones de veraneantes «se obtienen como antesala de la próxima temporada de invierno donde se esperan cifras superiores a las alcanzadas en igual período de la etapa anterior».
Para este año esperan llegar a la meta de cinco millones en 2018.
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