MOSCU (AP) — Cantantes y grupos musicales de toda Europa compitieron el sábado en Moscú en el concurso Eurovisión, pero la represión policial de una serie de marchas por los derechos de los homosexuales pareció opacar uno de los espectáculos por televisión más vistos cada año en el continente.
Varias horas antes de la apertura, policías antimotines reprimieron violentamente manifestaciones por los derechos de los homosexuales, lo que asestó un golpe a los esfuerzos de las autoridades por mostrar la el prestigio y la hospitalidad del país.
Los activistas gay trataban de emplear la ocasión para llamar la atención sobre lo que llaman una amplia discriminación a los homosexuales en Rusia. Hubo numerosos detenidos, pero no se reportó de heridos.
El ganador de la competencia es seleccionado por una combinación de votación telefónica del público y jurados de las televisoras nacionales de los 42 países participantes. Veinticuatro cantantes y grupos competieron en la final.
Una canción escrita e interpretada por el bielorruso Alexander Rybak, en representación de Noruega, era fuerte favorita para arrebatarle la corona a Rusia, que ganó el año pasado.
Gran Bretaña, que tradicionalmente ha tenido buenos resultados en Eurovisión, no ha estado bien en años recientes, pero una campaña de diplomática musical del compositor Andrew Lloyd Webber, que escribió la representante del país este año, pudiera haber mejorado sus probabilidades y ha conseguido el improbable apoyo del primer ministro Vladimir Putin.
Los apostadores le estaban dando grandes probabilidades también a Grecia, que tiene una elaborada coreografía con un molino gigante, y Rusia, cuyo tema será cantado en ucraniano por Anastasia Prikhodko.
Israel tiene un llamado a la paz con la canción «Debe haber otra forma», cantada en hebreo, árabe e inglés por el dúo árabe-judío Noa y Mira.