PIERRE, Dakota del Sur, EE.UU— Tiene todos los elementos para una comedia de Hollywood: un joven ranchero que trata de ganarse la vida en uno de los rincones más pobres del país gana uno de los fondos acumulados más grandes de la historia de la lotería estadounidense: 232 millones de dólares, con un billete comprado en una población llamada Winner (Ganador).
Con su sombrero de vaquero y una sonrisa enorme, Neal Wanless, de 23 años, recibió el cheque ganador de la lotería Powerball en una ceremonia el viernes.
Wanless, que es soltero y vive con sus padres en el rancho familiar de 130 hectáreas (320 acres), dijo que va a comprar tierras, recompensar a los vecinos que han ayudado a su familia y usar su fortuna de manera prudente.
«Quiero agradecer al Señor por darme esta oportunidad y bendecirme con esta gran fortuna. No la derrocharé», dijo.
Wanless compró billetes por valor de 15 dólares para el sorteo del 27 de mayo en una tienda en Winner, a donde había ido a comprar forraje para el ganado.
Se llevará a casa un total de 88,5 millones de dólares luego de la deducción de impuestos, una fortuna asombrosa, sobre todo en el condado rural de Todd, el séptimo distrito más pobre del país en 2007 de acuerdo con el censo.
Las ganancias de Neal Wanless son ciertamente suficientes para que él y su familia dejen de preocuparse de sus finanzas de por vida, pero pasados ganadores de la lotería han acabado en la miseria o en tragedias luego de gastar sus fortunas inmensas. Algunos han dicho que estaban mejor antes de volverse ricos.
Evelyn Marie Adams ganó dos veces la lotería de Nueva Jersey a mediados de la década de 1980, pero aún así gastó por completo los 5,4 millones de dólares que ganó.
Jack Whittaker, de Virginia Occidental, ganó 315 millones de dólares en una lotería de la Navidad de 2002, pero cinco años después culpó al dinero de causar la muerte de su nieta por dosis excesiva de drogas, el divorcio de ella, su incapacidad para confiar en otros y cientos de demandas entabladas en su contra.
