Haití: Atención humanitaria se concentra en campamentos precarios

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Por VIVIAN SEQUERA y BEN FOX

PUERTO PRINCIPE — Un hombre que estuvo 11 días enterrado entre los escombros que dejó el devastador terremoto en Haití fue rescatado justo cuando las autoridades declaraban el fin de la búsqueda de sobrevivientes para concentrarse en asistir a miles de personas que viven en campamentos improvisados.

Socorristas rescataron a Wismond Exantus por medio de un túnel en una verdulería destruida, informaron autoridades francesas el mismo día que la ONU anunció que el gobierno haitiano había declarado el fin de la búsqueda de personas atrapadas entre los escombros.

Exantus, que tiene unos 20 años, fue colocado en una camilla y recibió suero intravenoso mientras las personas que se habían reunido para observar su rescate celebraban.

El joven dijo a The Associated Press que sobrevivió al terremoto al resguardarse bajo un escritorio y que después se mantuvo tomando algo de refresco, cerveza y comiendo unas galletas en el reducido espacio.

«Tenía hambre, pero cada noche pensaba en la revelación de que iba a sobrevivir», dijo Exantus desde su cama en un hospital.

Mientras tanto, cientos de personas se reunieron para el funeral del arzobispo de la capital haitiana, una ceremonia formal extraña en una nación fragmentada en la que las fosas comunes son el reposo de muchos de los muertos.

Sólo un pequeño número de funerales se han realizado desde el terremoto de magnitud 7, pues la mayoría de las personas han sido enterradas en forma anónima y sin ceremonias en fosas a las afueras de la ciudad.

Según cifras del gobierno haitiano, citadas por la Comisión Europea, en el sismo murieron unas 200.000 personas. Naciones Unidas dijo el sábado que el gobierno confirmó de manera preliminar el hallazgo de 111.481 cadáveres, pero esa cifra no incluía los cuerpos enterrados por parientes.

Durante la ceremonia de dos horas por monseñor Joseph Serge Miot y el vicario Charles Benoit, muertos en el sismo, muchos entre los 2.000 dolientes lloraron a sus propios seres queridos.

«Sentimos que hemos perdido todo. Nuestra hija, nuestro país, nuestro amigo», dijo Junior Sant Juste, de 30 años, padre de una niña de tres años muerta en el derrumbe de su casa.

Según los expertos, las probabilidades de hallar sobrevivientes empiezan a disminuir pasadas las 72 horas, pero una madre de niños desaparecidos dijo que no podía abandonar sus esperanzas.

«Tal vez exista una posibilidad de que estén vivos», dijo Nicole Abraham, de 33 años, enjugándose las lágrimas. Dijo que escuchó el llanto de sus hijos —de 4, 6 y 15 años— durante dos días después del terremoto del 12 de enero.

Las autoridades no han dicho a los socorristas que desistan de sus tareas y algunos equipos seguían removiendo escombros. Pero trabajadores de la ONU dijeron que el cambio de enfoque es crucial pues, aunque la entrega de alimentos, medicina y agua ha comenzado a mejorar tras los problemas iniciales, la necesidad todavía es apremiante y los doctores temen que haya brotes de enfermedades en los campamentos.

«Esto no significa que el gobierno les dirá que desistan. Si aparece la menor señal de vida, actuarán», dijo la vocera de la ONU Elisabeth Byrs. Añadió que, «salvo algún milagro, lamentablemente las esperanzas se desvanecen».

Los socorristas internacionales han rescatado a unas 132 personas de los escombros, precisó.

También el sábado los organizadores del teletón «Esperanza para Haití ahora» en Estados Unidos dijeron que recaudaron 57 millones de dólares, pero que todavía seguían sumando aportaciones. El espectáculo de dos horas de duración se transmitió el viernes por televisión e internet. Celebridades como Brad Pitt, Beyonce, Madonna, Bruce Springsteen y muchos más participaron para impulsar las donaciones por Haití.

Por su parte, más de una decena de estrellas del pop latino como Shakira, Ricky Martin, Gloria Estefan, Paulina Rubio, Daddy Yankee y Juanes participaron en el popular programa de variedades de Univisión «Sábado Gigante» para reunir fondos.

La situación en Haití continúa siendo crítica. Hasta 200.000 personas han abandonado Puerto Príncipe, una ciudad de dos millones de habitantes, según la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos.

Unos 609.000 habitantes perdieron su hogar en la zona metropolitana y Naciones Unidas estima que hasta un millón podría dejar las ciudades destruidas de Haití para vivir en las zonas rurales que ya sufrían por la pobreza extrema.

El sismo destruyó importantes edificios gubernamentales, incluyendo el Palacio Nacional, por lo que debilitó aún más lo que ya era un gobierno inestable e ineficiente. En los días siguientes al terremoto, grupos humanitarios se quejaron del control estadounidense sobre el aeropuerto internacional, que se volvió esencial para la llegada de suministros por los daños que sufrió el puerto.

Los vuelos han aumentado desde entonces, pero el presidente René Preval y la ex ministra del gabinete francés Nicole S. Guedj pidieron el sábado la creación de una fuerza de intervención humanitaria de la ONU para coordinar y movilizar la ayuda en desastres internacionales.

Preval y Guedj sugirieron que la fuerza podría llamarse Cascos Rojos, para diferenciarlos de los cascos azules de las fuerzas de paz internacionales.

El Servicio Geológico de Estados Unidos dijo el domingo que ha registrado 52 réplicas de magnitud 4,5 o superior desde el terremoto del 12 de enero.

(AP)

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