Por JEANNETH VALDIVIESO
MACAS, Ecuador — Armados con lanzas de madera y los rostros pintados con franjas negras, cientos de indígenas amazónicos mantenían el jueves bloqueada una carretera del este de Ecuador en protesta por la muerte de un compañero en un enfrentamiento con policías la víspera.
Los indígenas chocaron con policías que intentaron despejar la vía en el puente del río Upano, la cual bloquean los nativos desde el principio de la semana con alambradas e incendiando llantas en rechazo a leyes impulsadas por el gobierno del presidente Rafael Correa, cuya presencia exigen en la zona para iniciar cualquier diálogo.
Marlon Santi, máximo líder de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, la organización indígena más grande del país, ofreció a Correa «todas las garantías» para que acuda a dialogar en la provincia amazónica de Pastaza, pero el mandatario ya había descartado esa posibilidad por «inaceptable» y reiteró su invitación para que los indígenas acudan a la sede presidencial en Quito.
Unos 200 indígenas de la etnia shuar, cuyos rostros están manchados de negro para expresar «bravura», permanecían en la principal carretera que conecta Macas, ciudad a 240 kilómetros al sureste de Quito en la Amazonia, con la capital ecuatoriana.
Los aborígenes protestan contra los proyectos de ley de minería, que dicen que permitirá la explotación de recursos en su territorio y sin su consentimiento, y la ley de aguas, que pondría bajo control estatal ese líquido.
A diferencia del miércoles, ningún miembro de la fuerza pública estuvo presente el jueves en los puntos bloqueados, pues el gobierno ordenó que se retiraran para evitar «más enfrentamientos» con los indígenas, según informó en rueda de prensa la gobernadora regional Sonia Ortega en la ciudad de Macas.
«Este gobierno es delincuente, es asesino. Nos levantamos en paro viendo que el gobierno no respeta nuestros territorios, nuestros recursos, nuestra Amazonia y estaremos luchando hasta las últimas consecuencias», declaró a la AP Rómulo Acachu, presidente de la organización Nacionalidad Shuar del Ecuador (Nashe).
Mostrando los restos de sangre en la carretera, cerca del puente Upano, donde cayó muerto el indígena Bosco Wisum la víspera, Acachu dijo que «tras su muerte con más coraje, con más energía estaremos al frente».
«No lamentamos su muerte, no vamos a llorar, sentimos que es un héroe y seguiremos luchando», dijo. Los choques del miércoles dejaron al menos otros 40 policías y nueve indígenas heridos.
Las versiones sobre cómo comenzó la violencia son contradictorias: los indígenas acusaron a los policías de iniciar el enfrentamiento al lanzar gas lacrimógeno para despejar las vías, mientras que los uniformados dijeron que fueron recibidos a bala por los indígenas, que tenían escopetas con perdigones, según testimonios recogidos por la AP de testigos de la protesta.
Los shuar acusan a la policía de haber utilizado balas, aunque el gobierno lo niega.
Correa, en entrevista con la radio Pública en Quito, dijo que «la pérdida de una vida humana es algo que me estremeció».
Afirmó que los shuar a través de la radio Arutam, que ellos controlan, pedían a los indígenas a salir con lanzas envenenadas «en pie de guerra» para enfrentarse con la policía.
«Están las puertas abiertas (para el diálogo), depongamos posiciones, siempre las puertas estarán abiertas para el diálogo, siempre serán bienvenidos a Carondelet (Palacio de Gobierno), pero con nosotros con el diálogo todo, por la fuerza nada», añadió.
Los indígenas amazónicos son los únicos que mantuvieron protestas en el este del país tras la convocatoria del domingo hecha por la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador.
Wisum, un profesor shuar de 50 años, director de una escuela intercultural bilingüe en la población de Sevilla en la selva amazónica, falleció por «herida contusa penetrante craneana por perdigón de arma de fuego», según el informe forense leído por la gobernadora en rueda de prensa.
Una decena de los policías heridos fueron trasladados a Quito para ser atendidos en el hospital policial aunque ninguno estaba grave.
En rueda de prensa, el dirigente shuar Rafael Pandam, afirmó desde la ciudad de Macas que «si nuestros dirigentes son detenidos, si nuestros dirigentes son encarcelados, si nuestros dirigentes son asesinados, no importa, acusaremos al estado de crimen de estado, de crimen y genocidio al gobierno, en la Corte Penal Internacional».
Agencia AP.