Bogota, Por Juan Carlos Millán Guzmán.-
Como parte de las versiones de Justicia y paz que viene rindiendo el extraditado jefe paramilitar Diego Fernando Murillo, alias don Berna, el reconocido jefe de las Auc reiteró que el entonces subdirector de inteligencia del DAS, José Miguel Narváez fue el determinador del homicidio del humorista Jaime Garzón Forero.
De acuerdo con la versión de Murillo, el crimen fue planeado en zona rural del departamento de Córdoba, en un lugar conocido como el 21 que para la fecha era utilizado por Carlos Castaño como su cuartel general, gracias a que Narváez hacía parte orgánica de las autodefensas en calidad de ideólogo de la organización criminal al margen de la ley.
Según el testimonio de don Berna, José Miguel Narváez les comunicó que Garzón hacía parte de la guerrilla de las Farc valiéndose de una fotografía tomada en la región del Sumapaz, en la que el humorista aparecía con una chaqueta de camuflado que sería usada por los miembros de la organización subversiva.
«Él llega con la información de que Garzón no solo es facilitador del secuestro sino que hace parte de la estructura de las Farc», relató Murillo desde el centro de reclusión estadounidense en el que se encuentra confinado.
INTELIGENCIA MILITAR
Según el testimonio, Castaño le pidió el favor de contactar a alias el negro Elkin para que hablaran sobre la necesidad de «dar de baja» a Jaime Garzón, tras escuchar la información suministrada por Narváez quien les adjunta una carpeta en la que está toda la información sobre el reconocido periodista.
Una vez en Bogotá, miembros de inteligencia militar comandados por el coronel Jorge Eliecer Plazas Acevedo adelantaron una intensa labor de seguimiento con el fin de establecer las posibles rutas y movimientos que solía realizar el humorista con la intención de que dicha información pudiera ser empleada por los sicarios que terminarían ultimándolo el 13 de agosto de 1999, camino de su lugar habitual de trabajo en la emisora Radio Net.
Según el relato del extraditado jefe paramilitar, a la ciudad de Bogotá se desplazaron cuatro sicarios identificados como alias el negro Elkin, Yilmar, Alex Sampedro y Ángela, quienes fueron recibidos por personal adscrito al B-2 de inteligencia del Ejército, vinculados directamente al coronel Plazas.
Una vez cometido el homicidio, los sicarios le “dan parte” del éxito de la operación a Carlos Castaño, quien según afirmó el extraditado exjefe paramilitar, le manifiesta que siempre tendrá que negarlo en virtud al gran revuelo que ocasiona entre la opinión pública.
«Esa noche Carlos se toma unos tragos, hacemos una evaluación en la que le manifiesto que eso nos va a traer problemas en el futuro; entonces Carlos manda traer la biblia, me dice que ponga la mano ahí y le jure que nunca voy a hablar de eso», declaró Murillo al termino de su versión.
«José Miguel Narváez fue el determinante de la muerte del señor Garzón, lo juro», reiteró alias don Berna dándole punto final a la primera de sus versiones sobre el crimen del humorista, cuya versión continuará el próximo martes a las 8:30 de la mañana.
