NUEVA YORK (AP) — El presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva pidió el lunes a Estados Unidos que termine su embargo económico a Cuba, pues considera que éste no tiene sentido en el siglo XXI.
En un discurso durante una conferencia organizada por los diarios The Wall Street Journal y Valor Económico en el Hotel Plaza de Nueva York, el mandatario sudamericano dijo además que la elección presidencial realizada el domingo en El Salvador es evidencia de que la democracia se ha extendido a toda América Latina, lo cual justifica que Estados Unidos vuelva a evaluar su relación con la región.
Al final de su discurso, Lula da Silva dijo que el embargo a Cuba enfrenta una oposición amplia en Latinoamérica.
«Desde la perspectiva política, desde la perspectiva social y desde la perspectiva humanitaria ya no hay nada que impida el restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba», subrayó el mandatario. «No es posible hacer política en el siglo XXI mirando hacia el siglo XX; pensemos en mirar hacia el siglo XXII».
Antes, Lula da Silva señaló que la crisis financiera global supone una oportunidad para que Estados Unidos «no cometa errores del pasado» y establezca una relación constructiva con Latinoamérica.
Como parte de esa mejora en las relaciones, además de cancelar el embargo debería iniciar relaciones diplomáticas con Cuba y formular un nuevo sistema energético que elimine aranceles «absurdos» en las importaciones brasileñas de etanol, agregó el mandatario.
«Estados Unidos tiene la obligación de establecer una nueva y excelente relación con Latinoamérica, una alianza para ayudar a países menos desarrollados», dijo Lula. «Me voy de Estados Unidos con la convicción de que la elección de (el presidente Barack) Obama es una oportunidad para que Estados Unidos haga las cosas de manera distinta».
El presidente brasileño, que se reunió el sábado con su colega Barack Obama, señaló que el mandatario estadounidense podrá iniciar una nueva etapa con Latinoamérica en abril, durante la Quinta Cumbre de Las Américas en Trinidad y Tobago.
Lula —que insistió en que su país superará la crisis financiera global más rápido que otras naciones— pidió una nueva política bioenergética que respete el medio ambiente, favorezca a los más necesitados y contribuya a evitar la violencia contra los trabajadores inmigrantes, al tiempo que destacó la labor los trabajadores hispanos en Estados Unidos.
«No queremos luchar contra los productores de maíz», señaló Lula durante un discurso a inversionistas brasileños y estadounidenses. «Ya lo he dicho en Estados Unidos y Europa: no queremos cambiar la agricultura alemana, queremos crear una alianza para producir biocombustibles».
Lula dijo estar «sorprendido» con países desarrollados que dicen luchar por preservar el medio ambiente «pero que no han firmado aún el protocolo de Kioto e imponen tarifas absurdas en las importaciones de etanol», señaló Lula. El presidente añadió que la extracción de petróleo es muy cara pero producir biodiesel es barato, simple y generará empleo.
Estados Unidos impone actualmente un arancel de 53 centavos por galón en las importaciones de etanol —del que Brasil es el principal exportador en el mundo_, el cual representa una alternativa a la gasolina.
El mandatario brasileño solicitó a los empresarios estadounidenses que le ayuden a convencer a Estados Unidos para que suspenda el arancel al etanol. Indicó que abordó el tema con el ahora ex presidente George W. Bush y que lo hablará «muchas veces» con Obama. «Es por esto que les pido su ayuda».
Estados Unidos aplica el arancel para proteger a los productores nacionales que elaboran etanol con maíz. Brasil, líder mundial en biocombustibles, fabrica etanol con caña de azúcar en un proceso más eficiente y barato.
Lula criticó además el proteccionismo, calificándolo como «una droga que ofrece un respiro temporal, pero que al final genera crisis importantes». El presidente brasileño destacó que las organizaciones multilaterales han de ayudar a desbloquear el flujo de crédito en el comercio mundial, sobre todo en países en vías de desarrollo.
Brasil pedirá en la próxima reunión en Londres del G-20 —grupo que forman las naciones más ricas del mundo y algunas economías emergentes— que el Fondo Monetario Internacional sea «más democrático» y evite «la arrogancia» mostrada en el pasado, dijo Lula.
«Es imperativo que el Fondo aplique el mismo control sobre las economías desarrolladas que ya ha impuesto sobre los países pobres y en vías de desarrollo», indicó el presidente.
Durante el foro también habló el ministro de finanzas brasileño Guido Mantega y el ministro de relaciones exteriores brasileño Celso Amorim.