Micheletti dispuesto a renunciar; se reanuda toque de queda

0
681

Por JUAN ZAMORANO

TEGUCIGALPA — El presidente de facto Roberto Micheletti expresó por primera vez el miércoles que está dispuesto a renunciar si con ello se restablece la paz en Honduras, pero con la condición de que no regrese el derrocado gobernante Manuel Zelaya.

En tanto, el gobierno impuso de nuevo el toque de queda, a partir de la medianoche del miércoles, al considerar que persiste el riesgo de desórdenes en el país.

Ante «las continuas y abiertas amenazas de parte de grupos que buscan provocar disturbios y desorden en algunos lugares de nuestro país» el gobierno reanudó el toque de queda que había levantado el fin de semana.

En un comunicado leído en cadena de radio y televisión, el gobierno aseguró que la medida la aplicará sólo de la medianoche del miércoles a las 5 de la mañana del jueves «para brindar seguridad y protección a todas las personas y sus bienes, y garantizar el orden y la paz social».

Horas antes, Micheletti se dijo dispuesto a dejar el cargo.

«Si en algún momento, (se presenta) la decisión para que haya paz y tranquilidad en el país, sin retorno, que conste, del ex presidente Zelaya, estoy dispuesto a hacerlo», dijo a los periodistas durante la juramentación del nuevo ministro de Gobernación y Justicia, Oscar Raúl Matute.

«Miembros de la comisión nuestra que se trasladaron a Estados Unidos le hicieron la propuesta en una de las ciudades importantes» de ese país, agregó. «Yo para solventar esta situación que se podía presentar, yo estoy en la mejor disposición».

La propuesta del gobierno interino se hizo ante la Organización de Estados Americanos (OEA), dijo por teléfono a la AP una alta fuente oficial que pidió reserva de su nombre porque no estaba autorizada para ofrecer esa información.

En el caso de que Micheletti llegase a renunciar le correspondería asumir el mando del país al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Jorge Rivera, según la ley fundamental hondureña. El Congreso designó a Micheletti en la presidencia para cumplir los seis meses de gestión que faltaban al defenestrado Zelaya, hasta el 27 de enero.

Micheletti confirmó que sus delegados participarán en la segunda ronda de negociaciones con su contraparte, los delegados de Zelaya, para buscarle una solución a la crisis política hondureña. La ronda fue programada para el sábado en Costa Rica con la mediación del presidente de ese país y Premio Nobel de la Paz, Oscar Arias.

Aunque el canciller costarricense Bruno Stagno había informado el miércoles que la delegación de Zelaya no había confirmado su participación al diálogo, en la noche Presidencia emitió un comunicado para dar a conocer los nombres de los integrantes de ambas comisiones y apuntó la hora de la cita para las 10 de la mañana del sábado.

A Zelaya lo representarán el ex ministro de Defensa, Arístides Mejía; el ex canciller Milton Jiménez y el secretario de Presidencia Enrique Flores, en tanto el grupo de Micheletti estará liderado por el canciller Carlos López; el candidato a la vicepresidencia Mauricio Villeda, la ex presidenta de la Corte Suprema, Vilma Morales y el presidente del partido de Innovación y Unidad, Arturo Corrales.

Michelletti indicó que él no asistirá, pero consideró el diálogo importante. Tampoco señaló si su disposición a dejar el cargo sería planteada en San José.

Pidió asimismo al Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas enviar a Honduras una comisión «para constatar que el nuevo gobierno respeta ampliamente las libertades públicas en el país», aseguró a la AP el ministro de Información René Zepeda. La petición la formalizó el miércoles en Ginebra el embajador hondureño en Gibre, Delmer Urbizo.

Durante una parada que realizó el lunes en Nicaragua, Zelaya, en un ultimátum, otorgó hasta el fin de semana para que el gobierno de facto acepte su retorno al país,en las negociaciones que se realizan en Costa Rica. Al día siguiente, en una visita en Guatemala, el líder derrocado señaló que el pueblo hondureño tenía derecho a la «insurrección» con el fin de restaurarlo en el poder.

En la capital hondureña se seguían registrando manifestaciones casi a diario en respaldo al líder derrocado, que exigen el restablecimiento institucional y la salida de Micheletti, al que califican de «usurpador».

Dirigentes de un frente contra el golpe anunciaron el miércoles que arreciarán sus medidas de presión los próximos días, con eventuales paralizaciones en empresas públicas, más tomas de calles e incluso edificios. En lo que va de la semana, las protestas han sido pacíficas, aunque con episodios de tensión.

Pero el portavoz de la Secretaría de Seguridad, subcomisionado Héctor Iván Mejía, advirtió por el canal 5 de televisión que «no se permitirá ningún desorden en nuestras calles que afecte a la población y desalojaremos de los bulevares, carreteras y puentes a los que intenten bloquearlas o realicen actos vandálicos en la nación».

A Micheletti se le preguntó si no temía a una rebelión armada: «no creo que vamos a llegar a eso. Nuestro país es pacífico. No creo que hondureños van a agarrar armas para matar a otros hondureños».

Pero aseguró que «se está planificando eso. Hoy en la mañana nos informaron que ya estaban repartiendo algunas armas; hay que decirlo públicamente. Espero que esto no llegue».

Aclaró enseguida que «nada oficial se me ha informado» sobre ello, ni dijo quién las estaría entregando y dónde.

«Anda el comentario, no sé si es realidad, todavía oficialmente no se me ha informado (sobre) que se está armando un grupo de gente y precisamente que el sábado va a entrar el ex presidente Zelaya por la frontera sur a las 2:00 de la tarde», agregó. Sin embargo, «todas son especulaciones sin una confirmación oficial, porque yo creo que nosotros tenemos la confianza que el diálogo va a resolver el problema».

Micheletti pidió a los hondureños que «no se dejen involucrar en actos violentos, porque sabemos que eso lo están trayendo gente que son de otros países que están acostumbrados a este tipo de cosas». No precisó a qué países se refería, pero su comentario pareció una alusión al gobierno de Venezuela, aliado de Zelaya y que ha lanzado críticas y amenazas al gobierno de facto.

El fiscal general Luis Alberto Rubí reiteró en rueda de prensa su disposición de apresar a Zelaya en caso que éste regrese a Honduras bajo cuatro cargos, entre ellos traición a la patria y atentar contra el sistema de gobierno democrático y representativo del país.

«El señor Manuel Zelaya tiene una orden de captura. Una vez que él se encuentre en el país, se le capturará y pondrá a la orden de los tribunales», dijo.

Advirtió que Zelaya «gozará del debido proceso, con las garantías que la ley establece para que efectúe su defensa y lógicamente se le respetarán todos los derechos que la Constitución le otorga».

Zelaya fue arrestado y expulsado del país el 28 de junio.

(AP)

Dejar respuesta