Micheletti no permitirá regreso de Zelaya a Honduras

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Por JUAN CARLOS LLORCA

TEGUCIGALPA — El designado presidente Roberto Micheletti afirmó el lunes que su posición de no permitir el retorno a la presidencia de Honduras del depuesto mandatario Manuel Zelaya es «indeclinable».

Micheletti afirmó que «continuaremos con nuestra vida, con nuestro gobierno y con las próximas elecciones generales del 29 de noviembre».

El domingo, las delegaciones que representan a Micheletti y Zelaya no pudieron alcanzar acuerdos en las charlas auspiciadas por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias.

La negativa del gobierno de facto a permitir el retorno de Zelaya al poder llega en un momento que la presión internacional se intensifica contra la actual administración hondureña.

«Que nosotros sentimos que nos han abandonado países amigos, es la verdad, la estamos sintiendo todos», dijo Micheletti en una actividad pública en la que pidió a dirigentes empresariales, políticos y sociales afines a él que emprendan una campaña de información internacional para cambiar la imagen que se tiene de su gobierno.

Agregó que ha habido «presiones de diferentes sectores, las cuales no aceptamos bajo ninguna circunstancia».

El Congreso designó a Micheletti en la presidencia luego que los militares derrocaron a Zelaya el 28 de junio. El deberá concluir el periodo que le faltó a Zelaya y que vence el 27 de enero.

En los días posteriores al golpe, Estados Unidos suspendió programas de asistencia militar por unos 16 millones de dólares y anunció que estaban en peligro de ser congelados unos 180 millones de dólares en asistencia para Honduras.

Por aparte, la Unión Europea anunció el lunes que congelará 65,5 millones de euros (93,1 millones de dólares) en ayuda presupuestaria para Honduras.

«A la vista de las circunstancias, he tomado la difícil decisión de suspender toda la ayuda presupuestaria», anunció el lunes la comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, en un comunicado. Dijo además que la ayuda, que está temporalmente congelada, «podría perderse definitivamente si la crisis se prolonga».

En Santiago de Chile, la presidenta Michelle Bachelet dijo que «la comunidad internacional no va a aceptar otra alternativa que no sea el restablecimiento del estado de derecho y la restauración de la democracia en Honduras».

Philip Crowley, portavoz del departamento de estado estadounidense, dijo que la secretaria Hillary Clinton mencionó en una llamada telefónica con Micheletti que entre las opciones que considera Washington figura «un importante impacto en términos de ayuda y consecuencias, potencialmente de largo plazo, en las relaciones entre Honduras y Estados Unidos».

Micheletti informó que el domingo pidió a Clinton «enviar a alguien de su confianza con quien pudiera tener un diálogo verdadero, a fin de que le comunique si es cierto que aquí hay muertos, presos, que se ultraja a niños y la dignidad del ser humano».

También instó «a todos los organismos pro derechos humanos del mundo a venir a Honduras para darse cuenta de lo que realmente pasa».

Micheletti se lamentó de que «en la vida uno aprende que parece tener amigos, pero en la realidad no son amigos, solo están interesados en lo que podemos servir y podemos dar».

Honduras depende en gran medida de la ayuda exterior. Su presupuesto de 2008 fue de 3.700 millones de dólares mientras que recibió 400 millones de dólares en ayuda externa.

Aseguró que confía «plenamente en la comisión que está en Costa Rica… hacemos esfuerzos para que el diálogo termine en algo definitivo, pero sin el retorno de aquel (Zelaya) que rompió la Constitución no una sino varias veces».

Mientras la comunidad internacional anuncia sanciones y hay un pedido de 72 horas por parte del mediador, el presidente costarricense Oscar Arias, para lograr un acuerdo entre las partes, el Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado continuó sus esfuerzos para lograr el retorno de Zelaya, con menos fuerza que en las jornadas inmediatas al golpe.

Unas 500 personas se congregaron frente a la sede del Congreso para protestar contra el golpe y exigir la restitución de Zelaya.

Juan Barahona, uno de los dirigentes del Frente dijo que han convocado a un paro nacional para el jueves y el viernes.

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