VIENA (AP) — La gran sonrisa, la simpatía y la expresión tranquila de la periodista estadounidense Roxana Saberi fueron testamento la mañana del viernes de su resistencia después de que pasó cuatro meses en una prisión de Irán, acusada de espionaje.
A su llegada a Austria donde buscará recuperarse de su odisea acompañada de sus padres, la periodista estadounidense de 32 años rindió un homenaje a las personas que la apoyaron durante el tiempo que estuvo detenida.
«Escuché que algunas personas, muchas personas, tuvieron que soportar muchos problemas por mi causa», indicó Saberi, quien en algún momento efectuó una huelga de hambre para protestar por su detención.
«Tanto periodistas como no periodistas en todo el mundo, según he escuchado, me respaldaron en gran medida y fue muy conmovedor escucharlo», agregó.
«Necesito más tiempo para pensar en lo que me sucedió en los últimos días», dijo la periodista de 32 años. «Nadie lo sabe también como yo y voy a hablar de ello en el futuro, espero, pero no estoy preparada para hacerlo en estos momentos».
Saberi, que creció en Fargo, Dakota del Norte, y se mudó a Irán hace seis años, tiene doble ciudadanía. Fue arrestada a finales de enero y declarada culpable de espiar para Estados Unidos en un juicio a puerta cerrada que su padre dice duró apenas 15 minutos.
Fue dejada en libertad el lunes y se reunió con sus padres, que habían viajado a Irán para solicitar su excarcelación, luego que un tribunal de apelaciones redujo su sentencia a dos años de cárcel, suspendidos.
Saberi señaló que pasaba pasar algunos días en la capital de Austria para que pueda comenzar el proceso de recuperación tras su odisea.
Su padre, Reza Saberi, señaló que se hospedarán con un amigo en Austria.
