Por FRANKLIN BRICENO
BAGUA, Perú (AP) — Un tenso silencio reinaba el sábado en esta ciudad en la primera noche de toque de queda tras los violentos enfrentamientos entre la policía e indígenas amazónicos, que en los dos últimos días dejaron 31 muertos y 155 heridos.
El toque de queda rige en las provincias de Bagua y Utcubamba, de la región Amazonas, desde las 15:00 horas, obligando a los pobladores a permanecer en sus viviendas soportando el intenso calor de casi 30 grados centígrados en esa zona del país, y se extenderá cada día hasta las 6:00 de la mañana.
La medida, que ha molestado a los pobladores por abarcar buena parte del día, durará hasta que se restablezca completamente la tranquilidad en Bagua, según han dicho las autoridades.
Bagua, a unos 730 kilómetros al norte de Lima, fue el epicentro de un feroz enfrentamiento el viernes cuando 13 policías murieron —siete de ellos por heridas de lanzas— en una operación policial para despejar la carretera Fernando Belaunde que los indígenas mantenían interrumpida desde el 9 de abril, en reclamo de la derogatoria de decretos que consideran vulneran y debilitan sus derechos sobre sus tierras ancestrales.
El sábado, las autoridades informaron que otros nueve policías habían muerto asesinados por los indígenas cuando un general del ejército negociaba la liberación de 38 agentes que habían sido secuestrados el viernes en la Estación 6 de bombeo de petróleo de la empresa estatal Petroperú, en la que prestaban seguridad.
En el operativo fueron rescatados 25 policías con heridas leves y un agente que se encuentra grave, pero dos efectivos están desaparecidos.
Según datos del gobierno, nueve indígenas murieron en la refriega del viernes pero Champion Nonimgo, representante de la Comisión Nacional de Defensa de los Indígenas, dijo en una conferencia de prensa, difundida por Canal N, que ellos manejan la cifra de más de 30 fallecidos.
Los dirigentes indígenas han acusado al gobierno de haber cometido un «genocidio».
El jefe del Estado Mayor de la Policía, general Miguel Hidalgo, dijo a la emisora RPP que varios de los policías que murieron en los enfrentamientos «han sido objeto de vejámenes brutales, incluso con elementos cortantes como hachas y machetes».
El presidente Alan García calificó de «barbarie» los actos de violencia ocurridos.
La cifra de 22 policías muertos en el contexto de una protesta social ha conmocionado al gobierno, que ha denunciado que detrás del levantamiento indígena se incubaba un «complot contra la democracia», según dijo el jefe del gabinete Yehude Simon.
«¿Quién comete el genocidio? Han asesinado 22 policías, los han asesinado a sangre fría, porque en el caso de los nueve policías muertos en la estación 6 estaban dialogando; no estaban disparando, estaban dialogando», manifestó Simon en conferencia de prensa el sábado.
Por su parte, la ministra del Interior, Mercedes Cabanillas, dijo que es posible que el líder indígena, Alberto Pizango, a quien el gobierno culpa del levantamiento, haya huido a Bolivia.
Se desconocía el paradero de Pizango, sobre quien pesa desde el sábado una orden de captura, según informó el presidente de la Corte Suprema Javier Villa Stein.
Simon también indicó que 72 personas fueron detenidas durante los enfrentamientos, 42 de los cuales fueron trasladadas al cuartel de la Sexta Region Militar ubicado en la localidad de El Milagro en Bagua, que cuenta con la presencia de seis fiscales.
Las fuerzas armadas asumieron el control del orden interno en apoyo de la policía en la zona desde el 30 de mayo ante las amenazas de los indígenas de radicalizar sus protestas.
El gobierno informó el sábado que las Estaciones 5 y 6 de Petroperú habían sido recuperadas y que eran resguardadas por las fuerzas armadas. Dichas estaciones habían paralizado el bombeo de petróleo desde el 26 de abril pasado debido a la protesta nativa.
El vocero de Petroperú, Fernando Daffós, indicó por teléfono a la AP que ambas estaciones «iniciaron el protocolo de arranque para empezar a bombear petróleo poco después del mediodía».
En tanto, la defensora del Pueblo, Beatriz Merino, quien se encuentra en Bagua, recorrió el sábado los centros de salud de esa provincia y de Utcubamba, donde constató que «faltan unidades de sangre, analgésicos, antibióticos, equipos de traumatología y más médicos», dijo describiendo la difícil situación.
El gobierno decretó duelo nacional el domingo por la muerte de los 22 policías. Nueve de ellos están siendo velados en una iglesia de Lima.