El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, analizó hoy con el Papa la lucha contra el narcotráfico y la colaboración entre la Iglesia y el Estado para consolidar la paz nacional, mientras que aseguró al primer ministro Silvio Berlusconi que su país está listo para las inversiones de Italia.
En una visita de 24 horas a la capital italiana, Uribe se reunió en El Vaticano con Benedicto XVI con quien habló a solas durante media hora y, según precisó la Santa Sede, analizaron la situación del país suramericano, «en particular la lucha al narcotráfico y las políticas sociales para mejorar las condiciones de vida de tantas personas que viven todavía en condiciones de pobreza».
El Papa y Uribe trataron asimismo de la colaboración entre la Iglesia y el Estado «con el fin de consolidar la pacificación nacional».
Tras la reunión, Uribe dijo a la prensa que expresó al Pontífice su preocupación por la «permisividad mundial respecto al consumo de drogas» y que le dijo que lo que hay que hacer es «ilegalizarlas», ya que la droga «es el gran enemigo del medioambiente y de la juventud».
El gobernante denunció el abuso de la «dosis personal» y subrayó que su Gobierno ha comenzado el proceso para reformar la Constitución para ilegalizar el consumo de droga y que esta decisión es compatible con políticas públicas de prevención y rehabilitación.
El presidente colombiano relató al Papa que su Gobierno ha propuesto a las FARC que si cesan sus actividades criminales durante unos meses, el Ejecutivo está dispuesto a poner en marcha un proceso de diálogo de paz.
En ese proceso, subrayó, el desarme y la desmovilización no serían necesarias para comenzarlo, sino que serían «los puertos de llegada» y que lo importante es el cese de actividades criminales.
Preguntado sobre si habló al Papa de la propuesta para que la Iglesia medie en el conflicto con las FARC, Uribe se limitó a decir que su Gobierno siempre han confiado «en los buenos oficios» de la Iglesia, a la que tiene «como primera opción para ayudar a resolver este tipo de problema»
Sobre el narcotráfico, Uribe contó al Papa, según desveló, que más de la mitad del territorio colombiano es selva y que el narcotráfico está destruyéndola para sembrar droga.
«Le dije que el narcotráfico es el enemigo de la juventud, del medio ambiente, de la democracia y la fuente de financiación del terrorismo», manifestó.
Alvaro Uribe manifestó que Benedicto XVI siente «una gran consideración, amor y admiración» por todos los colombianos, está preocupado por los secuestros y que su deseo es que el país suramericano «salga adelante y llegue el día en que logre una paz total».
Durante su visita, Uribe oró ante la tumba de Juan Pablo II.
Después contó: «A Benedicto XVI he pedido que nos ayude desde la tierra y a Juan Pablo II que lo haga desde el cielo».
Tras su encuentro con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, dijo que su país está listo para recibir las inversiones italianas y que para ello «es necesario mantener la seguridad» y «sacar al país de la pobreza».
Berlusconi mostró interés por las inversiones en los sectores de infraestructuras, turismo y bio-carburantes».
Entre los grandes proyectos previstos, en los que, según Uribe puede participar Italia, se encuentra la «Ruta del Sol, mil kilómetros de autopista divididos en tres tramos.
Uribe subrayó la importancia del papel de Berlusconi como presidente de turno del G8 y como miembro del G20 y auspició que el primer ministro italiano favorezca el diálogo entre la comunidad andina y la Unión Europea.
El presidente Uribe, que viajó a Roma junto a su esposa, Lina Moreno, y el ministro de Exteriores, Jaime Bermúdez Merizalde, regresará a primeras horas del viernes a Bogotá, tras hacer escala en el aeropuerto de Madrid.