Por ERIC NÚÑEZ
NUEVA YORK — Las rodillas de Rafael Nadal pasaron sin sobresaltos su primer examen en el Abierto de Estados Unidos. Juan Martín Del Potro también arrancó con autoridad.
Fresco, con una melena recortada e irradiando sensaciones positivas en su juego, el español Nadal debutó con el pie derecho al vencer el miércoles 6-2, 6-2, 6-3 al francés Richard Gasquet.
Nadal reapareció en los Grand Slams tras tomarse un pausa de dos meses para darle respiro a una tendinitis en ambas rodillas.
La dolencia le impidió hacer la defensa del título que había ganado en Wimbledon el año pasado, además de incidir en que fuese destronado en el Abierto de Francia al sufrir en los octavos de final su primera derrota en 31 partidos en el Slam de arcilla.
Nadal tuvo que esperar hasta el miércoles y otro tanto ocurrió con Del Potro, el sexto preclasificado. Ambos no se demoraron mucho en cancha: Nadal empleó una hora y un cuarto, mientras que Del Potro dos horas y cinco minutos.
Del Potro se impuso 6-3, 6-3, 6-1 en el duelo frente a su compatriota Juan Mónaco y convalidó sus credenciales que le presentan como un candidato a tomar en cuenta en la pelea por el título.
Ahora, como tercero en el ranking, Nadal aspira a completar la colección de cuatro títulos grandes si se consagra en Flushing Meadows.
«Nunca me ha ido bien aquí», dijo Nadal a los espectadores en el estadio Arthur Ashe, menospreciando el hecho de que fue semifinalista en la edición anterior. «Espero que algún día puede llegar a la final. Les prometo que haré lo mejor posible».
Su primer partido dio buenas señales en ese sentido, al deshacerse de Gasquet sin mayores complicaciones y apenas cometiendo 10 errores no forzados.
Gasquet, un ex Top 10 que en 2007 alcanzó las semifinales de Wimbledon y acaba de cumplir una suspensión de dos meses debido a un positivo por cocaína, quedó impresionado por el vigor de Nadal: «Puede salir campeón. Mejorará día tras día. Claro que puede ganarlo».
Nadal tampoco ha perdido su buen humor al bromear cuando le preguntaron por su nuevo corte de pelo, más corto. «No te gusta», le replicó al periodista que le hizo la interrogante. «Me hace ver más joven».
Su alejamiento temporal abrió el resquicio que facilitó a Roger Federer volver a la cima del ranking. A la caza de su sexto título consecutivo aquí, el suizo avanzó con un triunfo 6-3, 7-5, 7-5 sobre el alemán Simon Greul.
Su siguiente adversario será el renacido australiano Lleyton Hewitt, un ex campeón de dos Slams que derrotó 6-3, 6-3, 6-4 al argentino Juan Ignacio Chela. Federer mantiene una racha de 13 victorias seguidas ante Hewitt.
La jornada estuvo enmarcada también por el adiós de Marat Safin a los Slams y otro triunfo para Kim Clijsters en su regreso.
Nueve años después de vencer a Pete Sampras en la final del Open estadounidense, el ruso Safin cerró el libro de su carrera en los Slams al perder 1-6, 6-4, 6-3, 6-4 ante el austríaco Jurgen Melzer.
Safin, quien también se alzó con el Abierto de Australia de 2005 y alcanzó la cima de los rankings, se despidió con un revés en la red.
No tuvo muestras emotivas: recogió sus raquetas y saludó a los espectadores que le aplaudían en la Cancha Louis Armstrong.
Safin había adelantado a principios de año que iba a colgar sus raquetas al final de la temporada y este fue su último Grand Slam.
Se despide con 29 años, cumpliendo una carrera en la que no llegó a expresar a plenitud el potencial que insinuó al principio.
«Ese partido fue un milagro», señaló sobre la final ante Sampras. «Me tomó tiempo asimilar lo trascendental de esto. Fue complicado porque tenía 20 años y no estaba preparado».
Fue considerado como el primero de una generación de jugadores de alta estatura con un gran habilidad para desplazarse, como es el caso de Del Potro y el francés Jo-Wilfried Tsonga.
Aparte de su par de títulos de Slam y dos Copas Davis, Safin también dejó huella con su personalidad y genio en la cancha: imparable si estaba en un día inspirado o irascible al extremo que una vez se bajó los pantalones en un arrebato de rabia por un fallo de un juez.
La belga Clijsters, de vuelta tras un retiro de dos años para dar a luz a una niña, eliminó 5-7, 6-1, 6-2 a la francesa Marion Bartoli (14ta cabeza de serie) y se metió en la tercera ronda.
También fue un día positivo para el contingente latinoamericano con los triunfos a sets corridos del argentino José Acasuso, el uruguayo Pablo Cuevas y el brasileño Thomaz Bellucci.
Acasuso despachó 6-2, 6-4, 6-3 al brasileño Marcos Daniel; Cuevas superó 6-4, 7-6 (4), 6-0 al australiano Chris Guccione; y Bellucci dio cuenta 6-4, 6-2, 6-3 del taiwanés Yen-hsun Lu.
Otro preclasificado que salió airoso fue el español Juan Carlos Ferrero (24) tras vencer 6-4, 6-3, 6-3 al francés Fabrice Santoro, quien se despidió del circuito tras una carrera de 20 años en la que se destacó con sus golpes de efecto.
En la rama femenina, Venus Williams (3) despachó 6-4, 6-2 a su compatriota estadounidense Bethanie Mattek-Sand para avanzar a la tercera ronda. Fue un trámite más fácil para Williams, luego que se fue al máximo de tres sets en el debut.
En tanto, su hermana menor y segunda cabeza de serie Serena Williams se impuso fácilmente a la húngara Melinda Czink, por 6-1, 6-1, en un partido que duró menos de una hora.
Serena busca obtener su cuarta victoria en el Abierto de Estados Unidos y su duodécimo título de sencillos en torneos de Grand Slam.
La estadounidense quiere ser la primera mujer en ganar dos títulos consecutivos en Flushing Meadows desde que su hermana mayor, Venus, lo logró en el 2000 y el 2001.
Es posible que las hermanas se enfrenten en las semifinales.
Por otra parte, la francesa Amelie Mauresmo (17) se convirtió en la segunda ex campeona de Grand Slam en despedirse rápido, al perder 6-4, 6-0 ante la canadiense Aleksandra Wozniak por la segunda ronda. La otra había sido la serbia Ana Ivanovic.
Wozniak chocará contra Flavia Pennetta, quien a comienzos de mes logró conseguir ser la primera jugadora italiana en situarse entre las 10 primeras del mundo. Como muestra de su gran momento, Penneta destrozó 6-0, 6-0 a la india Sania Mirza, la mayor paliza en lo que va del Open.