Londres, 25 de octubre de 2020.- Escrito por Juan Carlos Rincón.- El debutante belga Tim Wellens ganó la quinta etapa de la Vuelta a España en Sabiñánigo mientras que la clasificación general de los favoritos no tuvo cambios y el esloveno Primoz Roglic mantuvo el liderato.
Al final de la fracción el irlandés Dan Martin, segundo en la tabla, golpeó accidentalmente la rueda del español José Joaquín Rojas y sufrió una caída, al parecer sin consecuencias.
La Vuelta tendrá este domingo un recorrido modificado a última debido a las restricciones por el estado de emergencia sanitaria decretado en Francia que también afectó este sábado la etapa 20 del Giro d’Italia. La que era considerada, la etapa reina de la Vuelta a España a través de los Pirineos franceses, no cruzará el Col d’Aubisque (1.709 ms) ni terminará en el icónico Col du Tourmalet (2.115 ms). En su lugar llegará a la estación de Ski de Formigal, en los Pirineos de la provincia de Aragón, donde en 2016 un ataque de Alberto Contador al que siguió el líder Nairo Quintana, descolgó al británico Chris Froome y su equipo Sky, y le aseguró al ciclista colombiano la victoria en La Vuelta y a su compatriota Esteban Chaves el tercer lugar en Madrid.
El nuevo trazado tiene 146,4 km (9,8 km más) y tres ascensos; dos simples de segunda categoría y el final de primera, a 1.790 ms. La dificultad del ascenso a Formigal (Aramón Formigal) no está en la pendiente (la máxima es del 10% y en promedio es del 4.6%) sino en que se trata de un ascenso continuo de casi 27 kilómetros desde Biescas. El alto en si tiene 14.5 kms mientras que el Tourmalet eran 19 y el Aubisque de 16, con rampas de hasta el 12%. Ahora, la cima reina de La Vuelta 2020 será el Alto de la Covatilla (1.965 ms) en la penúltima etapa el 7 de noviembre.
Esta noche he descorchado en la Vuelta 2020 con Vinos de España una botella muy especial, 100% de la variedad típica de León, la uva tinta Prieto Picudo. Se trata de 100 Cepas Crianza 2015, un verdadero “vino de garage”, una producción confidencial que elabora César Cubillos en una parcela de 1.5 hectáreas; entre 2.000 y 3.000 botellas anuales, de las que apenas 900 (3 barricas) son su delicioso vino de Crianza.
Prieto Picudo es una de las variedades raras y minoritarias del norte de España; una uva resistente a la sequía, aromática y de piel oscura (nega azulada) que le da un color intenso al vino. Se utilizaba antes para elaborar vinos rosados afrutados o mezclar con Tempranillo y Mencía, pero desde hace unos 20 años ha ganado importancia, renombre y mercado internacional como varietal porque tiene buenos taninos, acidez notable, y se adapta bien a la crianza en roble. En toda la región de Castilla y León hay plantadas 4.101 hectáreas y aunque está autorizada en Andalucía, aún no hay siembras.
La uva es nativa de la zona de Valdevimbre, Los Oteros y la ribera del río Cea, en León. Es precisamente en Corbillos de Los Oteros donde queda la bodega familiar de César Cubillos, un hombre amable y apasionado por la viticultura y esta uva típica, al que conocí en Burgos en septiembre de 2018, durante la Fiesta Internacional del Vino y la presentación de varias bodegas de las Denominaciones de Origen de Castilla y León, paralelo al concurso internacional Premios Zarcillo en el que soy catador desde 2015.
Sus dos vinos me encantaron pero el Crianza, al que le otorgué 90-91 puntos en la escala internacional, me asombró por la elegancia, fuerza y sedosidad de sus taninos. Pero además, la historia de la pequeña bodega merece ser contada para comprender la dimensión de este Gran vino original que César siempre presenta con orgullo y cordialidad junto a su esposa y su hija.
En Corbillos siempre hubo cultivos de viña y el padre de César tenía una pequeña parcela con cien cepas (plantas) con las que producía vino para consumo propio. César se interesó por elaborarlo diferente, a su gusto y estilo, sin limitación de tiempo, y producir un Gran vino de Prieto Picudo. Con ayuda de la familia, amigos y buenos consejos, en 2003 hizo primero una producción pequeña de vino de mesa que llamó Cuarta. El vino gustó. Decidió entonces aprender más y estudió técnicas de enología y viticultura.
Hoy lleva más de 15 años dedicado con pasión a sus vinos 100 Cepas, el nombre que escogió por historia y la facilidad de jugar con el número en la etiqueta para mayor recordación. Desde 2006 los vinos hacen parte de la D.O. León. Utiliza barricas de roble francés y americano que renueva cada tres años y los mejores toneles los destina al vino de Crianza que envejece entre 15 y 20 meses y que sólo produce en las mejores añadas. Ha elaborado sólo seis Crianzas; 2007, 2008, 2012, 2015, 2016 y 2017. Todos están agotados y el 2017 lleva ya 20 meses en barrica y aún no se ha embotellado. El vino joven pasa entre 11 y 12 meses en barrica.
Como la producción depende mucho del clima y la calidad de la añada, César me confirmó que en total produce apenas entre 2.000 y 3.000 botellas y es entendible que con apenas 1.5 hectáreas sea una producción confidencial. Además, como las cepas viejas que dan calidad y complejidad tienen las ramas extendidas sobre el suelo (inusual), la poda se tiene que hacer de rodillas mientras que las viñas en espaldera son más fáciles de cultivar y cosechar.
El sueño de César es una realidad y su vino una joya a descubrir. Un buen vino tinto armoniza con carnes, embutidos y quesos, pero había leído que el salmón rostizado con miel que tanto me gusta, va bien con vinos fuertes de carácter, y me arriesgué con el Prieto Picudo 100 Cepas Crianza. Con más de tres años en botella, este 2015 (14%Vol) y con 15 meses de Crianza es un vino moderno con sabores de fruta ácida como la mora y la grosella negra y un toque mineral y mentolado con suaves tostados de roble. Tiene gran persistencia final y es elegante y graso en el paladar. Cumplida la misión y aprobado el maridaje.
* La bodega 100 Cepas no tiene sitio web pero César me autorizó publicar su correo electrónico: [email protected]
tomado del portal rincondecata.com