Zelaya no pudo entrar a Honduras.

Zelaya parte a San Salvador; al menos un muerto en Tegucigalpa

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Por MARCOS ALEMAN Y FREDDY CUEVAS

TEGUCIGALPA — El presidente depuesto de Honduras Manuel Zelaya partió el domingo desde Managua a San Salvador horas después que tropas le impidieran aterrizar en Honduras, obstaculizando la pista de aterrizaje con varios vehículos cuando su aeronave se aproximaba al terminal aéreo.

«Están impidiendo el aterrizaje, amenazando con enviar aviones de la Fuerza Aérea. Hay vehículos metidos dentro de la pista», dijo el mandatario desde su aeronave a la televisora Telesur, poco después de que el avión de matrícula venezolana YV-1496 sobrevolara el aeropuerto de Tocotín en dos ocasiones para luego perderse de vista y dirigirse a Managua.

Adolfo Lionel Sevilla, ministro de Defensa del gobierno de Roberto Micheletti, explicó a la radio Cadena de Noticias que «dejar entrar a Zelaya causaría graves problemas al país, por eso se le impidió hacerlo. La policía tiene órdenes de capturarlo. Si hubiera aterrizado, ya estaría preso».

Antes de reunirse en Managua con el presidente Daniel Ortega, Zelaya dijo que la ONU, la OEA, los Estados Unidos y las naciones europeas «algo deben hacer con este régimen represivo. Debemos buscar una solución inmediata a este problema que han generado estos golpistas en Honduras».

El mandatario depuesto partió luego a San Salvador para reunirse con el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y los presidentes de Argentina y Ecuador, quienes también viajaron el domingo desde Washington.

Mientras Zelaya se dirigía a Tegucigalpa, la policía reprimió a una multitud de manifestantes concentrada en los alrededores del aeropuerto de esta ciudad. Uno de los hombres que intentaba derribar una cerca resultó muerto de una balazo en la cabeza.

Jefry Barahona, vocero de Cruz Roja, dijo a AP que el fallecido es «un menor de edad y murió de un disparo». También señaló que «hay una mujer de 42 años acuchillada y hemos atendido alrededor de 30 más por golpes, lesiones y afectadas por gases lacrimógenos». El gobierno luego anunció la extensión del toque de queda desde las 6:30 de la tarde hasta las 5 de la mañana.

Miles de seguidores del gobernante depuesto habían llegado al aeropuerto tras participar en una marcha de por lo menos un kilómetro de longitud. Karin Antunez, de 27 años, dijo entre lágrimas que «nos sentimos asustados porque estos militares golpistas no permitieron que Mel regresara, pero no vamos a claudicar. Somos el pueblo, vamos a seguir marchando para que nuestro presidente regrese a casa.»

Zelaya realizó su travesía junto a la canciller hondureña Patricia Rodas, el presidente de la asamblea general de la ONU Miguel D’Escoto, su secretario y su médico, el ex embajador hondureño ante la OEA Carlos Sosa, dos periodistas y un guardaespaldas.

El gobierno de Micheletti había dicho que arrestaría a Zelaya por 18 cargos criminales, incluyendo traición a la patria, a pesar de la condena y aislamiento internacional al que ha sido sometido por derrocarlo.

Micheletti también denunció en cadena de radio y televisión que «Nicaragua está moviendo algunas tropas hacia la frontera» de Honduras, por lo que pidió al presidente Daniel Ortega que «por favor respete nuestra soberanía».

Ortega calificó como «totalmente falsa» la afirmación de Micheletti.

«Esta no es más que una burda maniobra de los golpistas… para tratar de difundir ideas y desviar la atención de que el conflicto que está viviendo Honduras y los golpistas es con Nicaragua. No hay ningún conflicto con Nicaragua», agregó en declaraciones transmitidas por el canal 4.

En la víspera la OEA suspendió a Honduras de sus filas después de que fracasaron los esfuerzos del secretario general de la organización de gestionar en Tegucigalpa el viernes la restitución de Zelaya.

Micheletti ha dicho que no existió un golpe de estado sino una sucesión legal del poder que fue avalada por la Corte Suprema y el Congreso y renunció a la OEA.

La vicecanciller Martha Lorena Alvarado dijo que el presidente de la Corte Suprema de Honduras, Jorge Rivera, envió una misiva a la OEA en la que manifestó «la disposición de conducir conversaciones de buena fe con una misión de representantes de estados miembros de la organización acompañados de representantes de la secretaría general».

Las fuentes del gobierno estadounidense confirmaron que funcionarios del gobierno de facto han comunicado a la OEA que están interesados en iniciar un diálogo, lo cual interpretaron como una señal positiva.

Agencia AP.

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