Por Julio Suarez Anturi.
Quedó recluido en la Cárcel de Alta Seguridad (Cas) José Paredes Márquez, uno de los militares que disparó en 44 oportunidades sobre el cuerpo del cantautor Víctor Jara, en septiembre de 1973, tras el golpe de Estado.
El hombre, hoy de 54 años, era un joven recluta cuando formó parte del Regimiento Tejas Verdes de la Escuela de Ingenieros, enviado al Estadio Nacional, que se había convertido en un establecimiento militar para detenidos.
José Paredes Márquez estaba en el subterráneo del Estadio Nacional cuando vio llegar a un grupo de 15 detenidos, entre ellos Víctor Jara.
Confesó ante el juez Juan Fuentes Belmar que un subteniente jugó a la ruleta rusa con Víctor Jara, hasta que el disparo le perforó el cráneo. Después, ordenó que le dispararan, y los reclutas abrieron fuego impactándolo 43 veces.
El nombre del subteniente se mantiene en reserva, así como el de otro oficial, apodado “El príncipe”, que se hizo muy conocido en aquellos días de septiembre del golpe militar de Augusto Pinochet, por su ferocidad.
Víctor Jara era en ese momento un artista emblemático del gobierno de Salvador Allende, y fue buscado específicamente en el edificio donde dictaba clases, antes de ser llevado al Estadio Nacional, hoy llamado Estadio Víctor Jara.
La orden del subteniente que jugó ruleta rusa con Víctor Jara fue dada porque el cantautor cayó entre convulsiones, moribundo, según contó José Paredes Márquez, uno de los que disparó enseguida 43 balazos más, que penetraron al músico.
Tras comprobar la muerte de Víctor Jara, el oficial ordenó hacer descargas de fusil sobre los otros 14 detenidos, quienes también murieron esa noche en el subterráneo del estadio.
Todos los cuerpos sin vida fueron sacados en bolsas plásticas, en un vehículo militar.
La viuda de Víctor Jara, Joan Turner, dijo no guardar rencor con José Paredes Márquez, porque era un simple recluta de 18 años cuando participó de la ola de matanzas y terror que recorrió a Chile en ese tiempo.
Joan Turner pidió al juez ahondar en la investigación, hasta llegar a los auténticos responsables de la muerte de su esposo, y de otros miles de militantes de la Unidad Popular, que fueron detenidos, torturados y desaparecidos por el régimen de Augusto Pinochet.
En el proceso, también quedó detenido el coronel retirado del Ejército, Mario Manríquez, quien se desempeñó como “Jefe del Campo de Prisioneros” en que se había convertido el Estadio Nacional.
José Paredes Márquez es, actualmente, un hombre alcoholizado que ejerce oficios menores de manera transitoria. Es uno de quienes truncó la vida del autor de varias conocidas composiciones, entre ellas “Te recuerdo Amanda”:
Te recuerdo Amanda, la calle mojada,
corriendo a la fábrica donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,
no importaba nada, ibas a encontrarte con él,
con él, con él, con él, con él.
Son cinco minutos.
La vida es eterna en cinco minutos.
Suena la sirena de vuelta al trabajo,
y tú caminando, lo iluminas todo.
Los cinco minutos te hacen florecer.
Te recuerdo Amanda, la calle mojada,
corriendo a la fábrica donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,
no importaba nada, ibas a encontrarte con él,
con él, con él, con él, con él.
Que partió a la sierra. Que nunca hizo daño.
Que partió a la sierra,
y en cinco minutos quedó destrozado.
Suena la sirena, de vuelta al trabajo.
Muchos no volvieron, tampoco Manuel.