Por CLAUDIA TORRENS
NUEVA YORK — Docenas de hispanos que participan en el primer estudio nacional de salud de esta comunidad en Estados Unidos se reunieron el sábado en Nueva York para disfrutar de actividades de ocio, días después de haber sido sometidos a pruebas médicas que durarán años y con las que el gobierno espera tener mejor conocimiento de sus problemas.
«Me preguntaron qué comía, qué tipo de vida hacía», explicó César Pinto, un hondureño de 42 años que trabaja en el sector de la construcción y vive en el condado del Bronx. «Salí satisfecho. Después de eso, uno mira lo que le puede hacer daño».
Pinto es uno de los 16.000 hispanos que una docena de universidades del país espera reclutar para completar el estudio nacional y responder así a incógnitas que afectan a esta comunidad, la cual representa ya un 15% de la población estadounidense.
El estudio, que controlará la salud de los participantes durante años, pretende averiguar si todos los hispanos sufren el mismo riesgo de ataque al corazón, asma o derrame cerebral o por qué algunos no mueren de enfermedades cardiovasculares a pesar de sufrir varios factores de riesgo, entre muchas otras cuestiones.
Unos 5.000 hispanos ya forman parte de la investigación en las cuatro ciudades donde se realiza: Nueva York, Chicago, San Diego y Miami. La mayoría fueron seleccionados al azar y recibieron cartas o llamadas pidiéndoles que participaran. Tras acceder, fueron sometidos a análisis de peso, altura, presión sanguínea, pruebas de asma y enfermedades pulmonares, pruebas de oído, electrocardiogramas y análisis sobre su dieta diaria, entre otras cosas.
«Nunca se ha hecho un estudio donde se ha reclutado a un gran número de puertorriqueños, mexicanos, salvadoreños, cubanos, colombianos, etcétera, para comparar entre ellos o ver las similitudes que muchos comparten en temas de salud», dijo a la AP el doctor Robert Kaplan, uno de los investigadores del estudio y profesor de Epidemiología y Salud Poblacional de la facultad de medicina de la Universidad Albert Einstein de Nueva York.
«El objetivo es controlar su salud año tras año y ver cómo cambia su estatus a través del tiempo…si desarrollan diabetes, asma…Aquí, El Bronx, por ejemplo, es el epicentro del país en cuanto a asma entre la comunidad hispana», añadió Kaplan.
Los Institutos Nacionales de Salud del gobierno (NIH por sus siglas en inglés) han financiado la iniciativa con aproximadamente 70 millones de dólares, calculó Kaplan. El estudio se está dando a conocer a través de las siglas SOL, o Estudio de la Salud de la Comunidad Hispana/Estudio de los Latinos, («Hispanic Community Health Study/Study of Latinos», en inglés) y sus participantes han de tener entre 18 y 74 años.
Decenas de los que participan en Nueva York acudieron el sábado a un parque del condado del Bronx para comer y escuchar música en un día de ocio organizado por la facultad de medicina Albert Einstein.
Bernadina De Jesús, una dominicana de 51 años, dijo que recibió una carta en español sobre el estudio hace meses, sin embargo la rompió porque ella ya tiene médico.
«Pero luego me llamaron y me explicaron de qué se trataba. Esto está muy bien porque hay muchos hispanos que no tienen seguro médico y esto les ayudará», explicó.
Los centros de investigación que participan en la iniciativa están afiliados con la Universidad Estatal de San Diego, la de Northwestern en Chicago, la Universidad de Miami y la Albert Einstein, entre otras. Siete centros académicos más colaboran en la investigación con apoyo logístico y científico.
Kaplan señaló que los resultados del estudio podrían tener un gran impacto en el cuidado sanitario del país en el futuro, ya que la comunidad hispana representa un importante sector de la población. Se calcula que los hispanos serán un 30% de la población estadounidense antes del año 2050, según datos del censo.
El estudio SOL también pretende demostrar los problemas que tienen los hispanos para acceder al sistema sanitario estadounidense, además de ayudar a generar mejores medidas de prevención y cuidado médico para esta comunidad