NUEVA YORK (AP) — Para revisar a pasajeros en busca de indicios de gripe porcina y otras enfermedades contagiosas, algunos aeropuertos utilizan cámaras termográficas que permiten detectar fiebre en ellos, sin tener que meterles en la boca termómetros. Pero, ¿cómo funcionan estas cámaras?
Los aparatos son como cámaras normales, excepto que en lugar de grabar la luz que reflejan los objetos, éstas cámaras son sensibles al calor, e incluso pueden funcionar en la oscuridad.
Las grabaciones de estas cámaras son mostradas en pantallas y los objetos más calientes se ven más brillantes. Los sistemas son muy sensibles y puede medir temperaturas hasta de una fracción de grado, dijo Andrew Sarangan, profesor asociado del programa de electro-óptica de la Universidad de Dayton.
Las cámaras térmicas fueron introducidas durante el brote del síndrome respiratorio agudo severo (SARS por sus siglas en inglés) en el 2002 y 2003, y aeropuertos en Singapur y China los han utilizado continuamente desde entonces, dijo Alan Thomson, director regional de ventas de la empresa Irisys, con sede en Gran Bretaña, fabricante de aparatos termográficos.
Ahora los fabricantes de éstos señalan que han notado en días recientes un incremento en los pedidos. «El teléfono no ha dejado de sonar», comentó Thomson.
En México, que ya tiene 10 de estas cámaras, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar, dijo el jueves que están adquiriendo 40 más para los ocho aeropuertos más grandes del país.
Por supuesto, aunque las cámaras pueden detectar temperaturas más altas, no pueden detectar la gripe porcina. Alguien que corrió para no perder su vuelo puede presentar un aumento de temperatura corporal, al igual que alguien que acaba de ingerir una bebida alcohólica.
Una fiebre tampoco significa necesariamente que alguien está enfermo con gripe porcina, así que los aeropuertos necesitan realizar una mayor revisión una vez que se detecta a un pasajero con temperatura alta.
La cámaras Irisys, con un costo aproximado de 3.000 dólares, combinan imágenes visuales con imágenes térmicas para crear la «fotografía de calor» de una persona. Esta imagen aparece en una pantalla en la parte posterior de la cámara, como en las cámaras digitales comunes. Un cursor apunta automáticamente al área más caliente de la imagen, que normalmente es la cara de la persona, principalmente porque no está cubierta con ropa.
Tony Trunzo, vicepresidente senior de Flir Systems Inc., con sede en Wilsonville, Oregón, dijo que se han incrementado los pedidos a su compañía, y no sólo de aeropuertos, sino de operadores de fábricas también.
Las cámaras de Flir han mejorado significativamente desde el brote de SARS, comentó Trunzo. Estas tienen una resolución más alta, por ejemplo. Su precio también se ha reducido, aunque los aparatos de la compañía aún cuestan entre 10.000 y 15.000 dólares.
Flir además ha determinado que es mejor revisar a una persona a la vez y no a un grupo grande.
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