Por FEDERICO QUILODRAN
SANTIAGO DE CHILE — A cuatro meses y medio de la elección presidencial, la campaña se ha tornado enconada con los tres principales candidatos enfrascados en ácidas disputas.
El abanderado derechista Sebastián Piñera, quien lidera las encuestas de opinión aventajando al candidato oficialista y ex presidente Eduardo Frei, es objeto de un severo cuestionamiento por eludir a la justicia hace 27 años, cuando ejercía como gerente de un banco intervenido por maniobras ilegales.
Piñera ha rechazado los cargos, pero la ex ministra de Justicia en 1982, Mónica Madariaga, reconoció en declaraciones haber ejercido presión sobre un juez para que no juzgara al empresario. Y el propio ex juez reveló haber sido presionado.
Madariaga dijo haber acogido una petición de José Piñera, hermano del candidato para presionar al juez. Tanto José Piñera como Madariaga fueron ministros del régimen dictatorial del general Augusto Pinochet.
Sebastián Piñera, quien terminó siendo un detractor de Pinochet, ha negado los cargos y sostiene que la Corte Suprema de la época, que era afín al gobierno militar, dejó sin efecto su procesamiento. El periódico La Nación, del gobierno, informó ampliamente sobre el caso y señaló que mientras duró, Piñera se mantuvo prófugo a una orden de detención, que con la resolución del máximo tribunal quedó sin efecto.
Los detractores de Piñera afirman que el empresario en esos tiempos empezó a gestar su fortuna, que se calcula supera los 2.000 millones de dólares. Es uno de los dueños de la aerolínea LAN y de un canal de televisión, entre otras empresas.
A su vez, Piñera ha fustigado a Frei por haber indultado, cuando fue presidente, a un narcotraficante. En uso de facultades presidenciales, Frei indultó en 1994 al narcotraficante cuando cumplía 5 años de su condena a 10 años por un contrabando de 500 kilos de cocaína.
En la guerrilla verbal ha participado también activamente el diputado Marco Enríquez-Ominami, quien hace unos meses se marginó del gobernante Partido Socialista para postularse a la presidencia.
Alentado por encuestas que le dan un porcentaje que varía entre 13 y 21%, el joven candidato ha disparado contra Frei y el oficialismo. Pero también ha sido criticado por hacer campaña al amparo de su esposa, una conocida animadora del canal estatal de televisión.
Un sondeo del mes pasado otorgaba un empate técnico entre Piñera y Frei, pero una encuesta la semana pasada le dio a Piñera una ventaja de 46 puntos contra 30 del ex mandatario en una segunda vuelta.
Piñera es el candidato de una alianza derechista integrada por los Partidos Renovación Nacional y Unión Demócrata Independiente.
Frei es apoyado por la concertación gobernante, integrada por los partidos Demócrata Cristiano, Socialista, Partido por la Democracia y Radical Social Demócrata. La concertación oficialista está en el poder desde 1990 y ha elegido a cuatro presidentes consecutivamente.
La presidenta Michelle Bachelet llamó a elevar el debate y pidió a los candidatos exponer ideas y sus programas antes de desacreditar a sus adversarios. Sin embargo, su vocera oficial Carolina Tohá pidió que Piñera esclarezca el caso.
A la elección del 13 de diciembre se presentarán probablemente otros tres candidatos, que individualmente en los sondeos obtienen entre el 1% y el 2% de respaldo. Ellos son Jorge Arrate, quien encabeza una coalición del Partido Comunista y otros pequeños grupos de izquierda, y el senador Alejandro Navarro. Ambos renunciaron al Partido Socialista.
El tercero de los candidatos sin opción de triunfo es el senador Adolfo Zaldívar, expulsado del también oficialista Partido Demócrata Cristiano por sus reiteradas actitudes discordantes y que ha hecho alianza con la derecha.