Por PAUL NEWBERRY
INDIANAPOLIS (AP) — Helio Castroneves todavía camina por los garajes con una sonrisa en el rostro y la alegría de un campeón de baile.
El ganador de la pole de las 500 millas de Indianápolis tiene razones para sonreír después de salir airoso de un juicio por evasión fiscal.
El viernes tuvo un motivo más. Castroneves frenó su carro blanco y rojo en el camino a los pits, salió y levantó los dos puños.
La multitud en el circuito de Indianápolis rugió.
«¡Helio, te queremos!», chilló una mujer.
Qué mes ha sido éste para el astro del volante/campeón de baile/saltador de cercas, y no para de mejorar.
En el lapso de pocas horas el viernes, el piloto brasileño se enteró de que el gobierno de Estados Unidos se desistió del último cargo de evasión de impuestos en su contra, a continuación registró el mejor tiempo en la última práctica para las 500 Millas de Indianápolis y finalmente ganó la competencia de parada en pits con ayuda de su equipo del Penske Racing.
Todo esto sucedió después que Castroneves obtuvo la primera posición de partida para la carrera del domingo, convirtiéndolo en uno de los favoritos para ganar el «espectáculo más grande del automovilismo deportivo» por tercera vez, una victoria que lo dejaría atrás solamente de A.J. Foyt, Al Unser y Rick Mears, que son lo máximo en esta pista legendaria.
«Este mes no deja de mejorar», dijo Castroneves conteniendo a duras penas las lágrimas. «Esta es la última página de mi libro».
Bueno, no del todo, pero ya tiene una historia impresionante.
Castroneves llegó engrillado a la corte cuando el gobierno federal lo acusó de ocultar millones de dólares en una compañía extraterritorial para evadir impuestos. Un veredicto de culpabilidad lo hubiera enviado a la cárcel por seis años y quizás acabado con la carrera de uno de los pilotos más populares de la serie IndyCar.
Pero un jurado en Miami lo absolvió de casi todos los cargos el 17 de abril. Ese día, subió al avión que le envió el dueño del equipo, Roger Penske, voló al otro lado del país y subió al carro que Penske prometió que le reservaría.
Dos días después del veredicto, terminó séptimo en una carrera por las calles de Long Beach, California. Después terminó segundo en el óvalo de alta velocidad de Kansas City. Y ahora está resuelto a sumar una victoria más a las obtenidas en 2001 y 2002.
Ya no tiene que preocuparse por el cargo de asociación delictiva sobre el cual no hubo acuerdo en el jurado. Tal como se preveía, los fiscales federales decidieron desistir del caso contra el piloto de 34 años.
«Uno piensa que va a suceder, pero toma su tiempo», dijo. «Entonces sucede, y uno se pregunta, ‘¿será cierto?’ Tal vez esta noche, tal vez después de la carrera, no sé si me voy a convencer o no. Pero en este momento, éste es el mejor mes de mi vida».