Por EVA VERGARA
SANTIAGO DE CHILE — Tres de los cuatro candidatos presidenciales elogiaron el lunes al gobierno del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, y el cuarto fue el único partidario de otorgarle a Bolivia una salida al mar por territorio chileno.
Este fue el segundo debate televisivo nacional en el que se enfrentan los aspirantes al palacio de La Moneda y, a diferencia del anterior, debatieron más porque tuvieron la oportunidad de preguntarse entre ellos y de replicar.
Los candidatos son el representante de la oposición derechista, el multimillonario Sebastián Piñera; el oficialista Eduardo Frei, senador demócrata cristiano y ex presidente (1994-2000); Marco Enríquez-Ominami, diputado socialista que renunció a la coalición en el gobierno para postularse como independiente, y el ex ministro socialista Jorge Arrate, que dimitió a su partido para ser el candidato del Juntos Podemos, una alianza izquierdista liderada por los comunistas.
Según encuestas coincidentes, Piñera ganará la elección presidencial del 13 de diciembre, pero sin la mayoría suficiente para evitar la segunda vuelta del 17 de enero. La duda es si a la segunda vuelta pasarán Frei o Enríquez-Ominami. Arrate no lograría más de un 5 ó 6% de los sufragios.
Cuando los conductores les consultaron cuál era el presidente más destacado y cuál el que lo ha hecho peor en América Latina, Frei elogió a Lula porque puso en práctica «un plan de aceleramiento de toda la reconstrucción del país…lo hizo incluso antes que viniera la crisis, que ha significado desarrollo en infraestructura, en energía, ha contratado ocho plantas nucleares».
«Chile tiene que unirse muy fuertemente a Brasil si quiere tener un rol en América Latina», añadió.
Por otro lado, criticó severamente al mandatario venezolano Hugo Chávez, por instalar «un modelo que ha llevado a mayor pobreza, a mayor inseguridad; el país se está destruyendo».
Piñera, de 59 años, declaró que tiene «un profundo rechazo y distancia de Chávez y de Castro porque siento que han destruido la democracia, la libertad de expresión, y han destruido también las economías de sus países».
Dijo que Lula «ha sido un presidente muy exitoso» y que Uribe «también ha tenido grandes logros, pero no soy partidario de que reforme la Constitución para reelegirse por tercera vez porque eso a la larga debilita la democracia y crea caudillismos y dependencias».
Enríquez-Ominami, de 36 años, dijo de Brasil que «me parece un tremendo modelo». Criticó a Uribe porque «Colombia está presidida por un hombre que ha permitido algo que no es bueno para América Latina… instalar bases norteamericanas en territorio sudamericano».
De Chávez, ha quien ha defendido en varias ocasiones, dijo que «no me gusta el Chávez que expulsa a José Miguel Vivanco (un activista de derechos humanos), no me gusta el Chávez que usa mal el lenguaje, que amenaza con expropiar bancos…».
Por su parte, Arrate, de 58 años, dijo que él no tiene «modelos, me gusta discutir conceptos, ideas», aunque destacó que es «de una generación que vibró con la revolución cubana».
«Los dos que me interesan son Evo Morales (de Bolivia) y Rafael Correa (de Ecuador)», por su capacidad de instalar asambleas constituyentes y dictar nuevas Constituciones, agregó.
Respecto a la mediterraneidad de Bolivia, que perdió su salida al mar en una guerra en que junto con Perú se enfrentó a Chile en el siglo XIX, Arrate fue el único en afirmar que «tenemos que entrar en una negociación para darle una salida al mar».
Piñera dijo que jamás caerá «en la tentación de dar mar a Bolivia»; Frei consideró que si se antepone el tema del mar, «nunca vamos a llegar a acuerdo», y Enríquez-Ominami dijo que «yo sí estoy dispuesto a hablar de mediterraneidad…el problema es la soberanía, ahí tenemos una dificultad. Ellos tienen que entender que si ponen la soberanía por delante pasarán otros 130 años (sin mar).
(AP)
