Por JULIE HIRSCHFELD DAVIS
WASHINGTON — El debate en torno a la nominación de Sonia Sotomayor como jueza de la Corte Suprema se centra ahora en las fechas de su proceso de confirmación: los republicanos quieren retrasarlas para demostrar que no se conforman con la elección y los demócratas usan su poder para adelantarlas.
La maniobra representa un juego político en el cual el partido Republicano — que carece de los votos o la voluntad política para bloquear a la jueza — no quiere dar su brazo torcer y mostrar debilidad frente a la primera nominada a la corte por parte del presidente Barack Obama.
Los demócratas, en cambio, usan su ventaja en el Congreso para impedir que los republicanos se salgan con la suya y dificulten la confirmación de Sotomayor.
Ambos bandos utilizan la excusa del calendario como un importante marcador de las futuras batallas que enfrentarán sobre otros nominados a la corte, ya que probablemente Obama tendrá la oportunidad de escoger a un candidato o dos más para la Corte Suprema.
Mientras los republicanos expresan la frustración de votantes conservadores que temen que Sotomayor sea una activista liberal en la corte, los demócratas argumentan que se ha aplicado un estándar de críticas injustas contra la jueza por ser mujer e hispana.
Los republicanos se quejaron esta semana del anuncio del 13 de julio como fecha de inicio de las audiencias de confirmación de Sotomayor por parte del Comité Judicial del Senado. Uno tras otro, los republicanos dijeron que la fecha no ofrece suficiente tiempo para estudiar el amplio historial de la puertorriqueña-estadounidense, incluidos sus casi 17 años como juez federal.
«Estoy decepcionado…No deberíamos apresurarnos con esto», declaró el jueves el senador Jeff Sessions, el principal republicano del Comité Judicial.
La misma maniobra política fue usada por los demócratas cuando el ex presidente George Bush escogía a sus nominados a la corte.
«El mismo debate se repite una y otra vez», señaló Ed Gillespie, un analista republicano que ayudó a guiar el proceso de los nominados por Bush. «Es sólo ruido».
Los republicanos cuentan con tan sólo 40 votos de las 100 personas que forman el Senado y varios de ellos han apoyado a Sotomayor en el pasado y es probable que lo hagan de nuevo. Por ese motivo, hay pocas probabilidades de que el partido conservador realice una maniobra obstruccionista de la nominación de la jueza.
Sotomayor aspira a ser la primera hispana en la Suprema Corte.