WASHINGTON (AP) — Un hombre intercambió disparos el miércoles con los guardias del Museo Conmemorativo del Holocausto, informaron las autoridades, y el atacante y un agente de seguridad fueron trasladados a un hospital.
El sargento David Schlosser de la Policía de Parques Nacionales dijo que un pistolero entró al museo con lo que describió como un «fusil largo» y se produjo una balacera con guardias de seguridad. Hasta el momento se desconoce el alcance de las lesiones.
En un principio, la Policía de Parques Nacionales dio una información ligeramente distinta, al decir que tres personas habían recibido balazos. Alan Etter, portavoz de los bomberos, dijo a la cadena CNN que una tercera persona había quedado herida al cortarse con cristales rotos.
Normalmente el museo tiene fuertes medidas de seguridad, con guardias en el interior y el exterior. Todos los visitantes deben pasar por detectores de metales en la entrada y les revisan las bolsas que traigan.
El museo, ubicado justo frente al National Mall cerca del monumento a Washington, es una atracción turística popular. Recibe unos 1,7 millones de visitantes al año.
Las avenidas que lo circundan fueron cerradas y se acordonó la zona con cinta plástica amarilla para impedir el paso de transeúntes. Varias patrullas y policías a caballo circundaban la zona.
Sandy Perkins of Massachusetts dijo que su hija Abigail le llamó poco después de la balacera. La adolescente estaba visitando el museo en un paseo escolar y le dijo a su madre que los estudiantes escucharon varios tiros hasta que les pidieron que salieran del edificio.
Abigail dijo que algunos de sus amigos estaban muy nerviosos, pero fuera de eso todos se encontraban bien, agregó Sandy Perkins. Los adolescentes no vieron de dónde venían los disparos.
Linda Elston, una visitante del museo, dijo que estaba en el niver inferior de éste mirando una película cuando les dijeron que evacuaran el lugar.
«Estaba totalmente lleno de gente», narró Elston. «Nos llevó un rato salir».
Dijo que no escuchó ningún balazo y de momento no sabía por qué les pidieron que desalojaran, aunque sí se sintió «un poco nerviosa».