CIUDAD DEL VATICANO (AP) — El Vaticano instó el lunes a los católicos en la clandestinidad en China y a los funcionarios eclesiásticos locales designados por el gobierno para que tomen medidas urgentes y prácticas con el objeto de reconciliarse y perdonarse.
China obligó a los católicos a que cortara relaciones con el Vaticano en 1951 poco después que un régimen ateo del Partido Comunista tomó el poder. Sólo se permite la oración en iglesias autorizadas por el estado, que reconoce al Papa como un líder espiritual pero designa a sus propios sacerdotes y obispos en el país.
Sin embargo, millones de chinos pertenecen a congregaciones no oficiales que son leales a Roma. Los sacerdotes y obispos que practican en la clandestinidad son hostigados o arrestados por las autoridades de Beijing.
En un documento nuevo sobre su grey en China, el Vaticano dijo que los fieles no deben esperar a que se produzca una fusión estructural de las dos iglesias para que comiencen a cooperar. En cambio deberían comenzar a adoptar iniciativas comunes y a compartir proyectos pastorales ahora.
«Los tiempos y los estilos pueden variar conforme se presenten las situaciones locales, pero el compromiso de reconciliación no debería ser abandonado», dijo el documento.
El papa Benedicto XVI ha asumido como la prioridad de su papado el mejoramiento de las relaciones con Beijing, a menudo tensas.
El pontífice trata de unificar a los feligreses de ese país bajo su tutela, pero existe escasa evidencia palpable de avances en su esfuerzo de los últimos cuatro años. El Vaticano denunció una ola de arrestos de sacerdotes y obispos que ejercen en la clandestinidad y acusó a Beijing de valerse de obstáculos para dialogar con la Santa Sede.
En 2007, Benedicto XVI envió una carta especial a los católicos de China, elogiando a la iglesia clandestina pero también les instaba a que los feligreses se reconcilien con los seguidores de la iglesia oficial.
La iglesia clandestina se ha negado antes a colaborar con la iglesia oficial.