En el Malecón de La Habana, el arte tiene vista al mar

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(Photo by Yamil LAGE / AFP)

La Habana, Cuba  | lunes 15 abril – por Carlos BATISTA – Un enorme trineo dorado lleno de remiendos, campanitas y muñequitos, refulge bajo el tórrido sol del Malecón de La Habana. Es parte de un ejército de obras de arte con vista al mar Caribe, al alcance de los caminantes.

«El Trineo» es la síntesis  del arraigo y desarraigo de Enrique Martínez Celaya (54 años), un cubano americano que regresa a su país natal después de casi cinco décadas, para participar en Detrás del Muro, uno de los mayores atractivos de la XIII Bienal de La Habana.

Se trata de «una proyección absurda de un trineo hecho con remiendos de memoria, de historias», en un lugar «donde el sol derrite animales, si es necesario», explica el artista a la AFP.

Nacido en Cuba, emigró a los 7 años y tras vivir en España y Puerto Rico, se instaló en Estados Unidos. Allí estudió física molecular antes de comenzar su vida de artista.

«Reconozco cosas de mi familia (…) Voy a estar procesando esta visita por meses», confiesa, sobre su reencuentro con la isla.

Algunos metros más allá, niños lanzan balones de básquet a unos tableros que tienen imágenes de personas sentadas en los aros. No muy lejos, para aplacar el calor, mangueras de colores se tienden en el piso, formando un círculo, y son tomadas por transeúntes que juegan a mojarse.

-Detrás del muro-

En ambas aceras de la avenida costanera del Malecón, por más de un kilómetro, los caminantes van descubriendo obras, que mientras dure la Bienal, del 12 de abril al 12 de mayo, sumaran más de 60 artistas de nueve países.

 (Photo by Yamil LAGE / AFP)

Entre ellos estarán Laurent Grasso (Francia), Grimanesa Amorós (Perú- Estados Unidos), José Dávila (México) y Per Inge Bjorlo (Noruega), además de reconocidos cubanos como Pedro de Oraá, Pedro Pablo Oliva y Roberto Fabelo.

El resto de las muestras de la Bienal, que totalizan más de 800 realizadores, 300 de ellos extranjeros, se exponen en museos, galerías y centros culturales.

Detrás del Muro -del muro del Malecón- nació en 2012, de una conversación íntima con el mar, según cuenta a la AFP su creador y actual director, Juan Delgado, a quien todos llaman amistosamente Juanito.

«Yo le dije al mar, vamos a hacer algo para que tú tengas alegría y esa conversación entre el mar y yo me gusta mucho, porque llegamos a reflexiones, entre el mar y yo, llegamos a acuerdos maravillosos, que es en el arte», asegura.

El Malecón no es sólo una avenida costanera. Le llaman el «sofá» nocturno de La Habana, pues su muro sirve de asiento a enamorados o gente que celebra su amistad con ron y guitarra.

Es también una de las aceras del estrecho de Florida. La otra es Miami, odiada o anhelada por cubanos, que la llaman sibilinamente «Malecón y 90» en referencia a las 90 millas náuticas que los separan.

-Primero las personas-

 (Photo by Yamil LAGE / AFP)

Un grupo jóvenes se toma fotos y videos delante de un muro gris, donde pequeñas figuras humanas en negro parecen ir ascendiendo, mientras enormes rostros allí pintados ríen, lloran, expresan emociones.

Es la obra de Suso33, artista urbano y grafitero español que, sofocado por el calor, explica su aporte a los 500 años que cumplirá La Habana en noviembre y al lema de la Bienal: la construcción de lo posible.

«Entiendo que para construir una ciudad, no es una ciudad sin las personas, entonces para mi son más grandes las personas que las ciudades, las personas son las que las hacen grandes», asegura.

En su intervención «las personas van y vienen, unas están aquí cerca, otras están lejos, unos se alegran, otros se enfadan y lloran, el lenguaje universal de la emociones».

Susso33 tiene prevista otra intervención: trabajará con manchas de agua sobre la fachada del Museo Nacional, y durará solo el tiempo que tarda el agua en evaporarse.

«Me interesa mucho la memoria, la memoria casi de lo intangible, de lo emocional… con algo que no va a perdurar, que será efímero, que se evapora», comenta.

Detrás del Muro se inauguró en la tarde del domingo en la entrada de un edificio en ruinas, que espera ser reformado para convertirse en su sede. «Es un proyecto de amigos, en todas las ediciones los amigos son los que me han apoyado, las instituciones, todos, este un gran proyecto donde todos confluyen», asegura su creador Juanito.

cb/mav/Maylin

© Agence France-Presse

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