Por CHARLES BABINGTON y EMMA VANDORE
L’AQUILA, Italia — Los ocho países más industrializados del mundo coincidieron el miércoles en que el estado de la economía global es demasiado endeble para empezar a retirar los planes de estímulo fiscal por el momento, pero dijeron que empezarán a elaborar estrategias para salir de esos programas una vez que la recuperación «esté asegurada.
Los mandatarios del llamado G8 dijeron que «advierten algunas señales de estabilización», pero siguieron destacando las arduas perspectivas en lugar de los temores por la deuda y el gasto en la declaración final sobre la economía mundial.
«La situación económica sigue siendo incierta y persisten riesgos significativos para la estabilidad económica y financiera», dice la declaración. «Tomaremos, en forma individual y colectiva, las medidas necesarias para regresar la economía global a una senda de crecimiento fuerte, estable y sostenible», agregaron.
Los mandatarios se comprometieron a elaborar, con ayuda del Fondo Monetario Internacional, estrategias de salida de la «acción concertada sin precedentes» que se necesita para estimular el crecimiento por medio del gasto oficial, las bajas tasas de interés y la expansión monetaria.
Alemania, temerosa de incurrir en deudas que la paralicen, aboga por la limitación del gasto, mientras que otras grandes economías como Gran Bretaña, Japón y Estados Unidos no pueden descartar la necesidad de inyectar más fondos.
Las medidas incluyen mantener los paquetes de estímulos a la vez que se controla la inflación, otro temor particular de los alemanes, y se garantiza que los bancos tengan fondos para seguir prestando.
Los líderes del G8 —Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Rusia y Estados Unidos_, reunidos el miércoles en L’Aquila, la ciudad del centro de Italia devastada por un terremoto, también discutieron el cambio climático y pensaban abordar luego problemas de seguridad mundial, desde Irán hasta Corea del Norte.
El anfitrión del encuentro, el premier italiano Silvio Berlusconi, recibió a los mandatarios, muchos de los cuales llegaron en autos eléctricos con la bandera de su país. Para el estadounidense Barack Obama, fue su debut en este foro.
China es una de las cinco grandes economías en desarrollo —junto con Brasil, India, México y Sudáfrica— que participan de la cumbre, a la que se incorporarán el miércoles para discutir problemas de ayuda y desarrollo. También participarán nueve naciones africanas y se realizará un foro sobre cambio climático.
La cumbre discutirá también cómo ampliar el G8 en medio de una conciencia creciente de que los países más industrializados ya no dirigen de manera exclusiva el temario político y económico global.
El documento económico pide llegar a una conclusión rápida de la empantanada ronda de Doha sobre comercio internacional, pero no fijó un plazo.
Los mandatarios respaldaron un «marco global acentuado para la regulación financiera» y corregir las deficiencias del sistema vigente para prevenir crisis futuras, pero el documento no incluye propuestas concretas.
Dijeron que abordarán problemas tales como los sueldos de directivos empresarios, definición de capital, administración de riesgos, regulación de fondos de riesgo y agencias de evaluación de créditos.
(AP)