Gobierno de Micheletti impedirá aterrizar avión con Zelaya

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Por MARCOS ALEMAN Y FREDDY CUEVAS

TEGUCIGALPA — El gobierno instaurado tras el golpe de estado en Honduras afirmó que no permitirá ingresar ningún vuelo en el que pueda llegar el defenestrado gobernante Manuel Zelaya, quien se encontraba en Washington planificando su retorno para el domingo.

«El gobierno del presidente (Roberto) Micheletti ha dado la orden al ejército y la policía de no dejar entrar aviones que no se identifiquen o sin planes de vuelo por cualquier aeropuerto de la nación», declaró a la AP el canciller Enrique Ortez.

No precisó qué instrucciones fueron giradas a las fuerzas armadas para impedir la eventual llegada de la nave con el presidente.

Ortez manifestó que la determinación de impedir la llegada de Zelaya al país se tomó «por prudencia, no correremos el riesgo de que ocurra un baño de sangre, que se derrame la sangre de un hondureño peor de un ex mandatario», en alusión a Zelaya.

La Iglesia Católica y el comisionado nacional de derechos humanos también pidieron a Zelaya no volver, para evitar «derramamiento de sangre». El gobierno instaurado en el país asegura que arrestará al «ex presidente, como lo denominan, a pesar de la condena y aislamiento internacional al que han sido sometidos por el derrocamiento.

El presidente derrocado envió mensajes a sus simpatizantes en Honduras en los que afirmó que volverá el domingo. Se encuentra en Washington aparentemente gestionando la integración de la comitiva que lo acompañará.

Miles de simpatizantes de Zelaya se congregaban en la Universidad Pedagógica desde donde planearon marchar rumbo al aeropuerto a esperar la llegada de su líder.

En la capital estadounidense se encuentran también la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, y los presidentes de Paraguay, Fernando Lugo, y de Ecuador, Rafael Correa. Es incierto si se acompañarían el retorno del mandatario depuesto el 28 de junio por militares que lo sacaron de su casa en ropa de dormir y lo enviaron en un vuelo hacia Costa Rica.

Fernández y Lugo estuvieron en una reunión convocada de emergencia en la víspera por la Organización de los Estados Americanos en la que se acordó suspender a Honduras de las filas de la institución continental, después de que fracasaron los esfuerzos del secretario general José Miguel Insulza de gestionar en Tegucigalpa el viernes la restitución de Zelaya.

Insulza informó a la asamblea de la situación, que luego acordó la exclusión de Honduras, en donde el gobierno encabezado por Micheletti afirma que no existió un golpe de estado sino una sucesión legal del poder que fue avalada por la Corte Suprema y el Congreso.

«La OEA nos juzgó de manera injusta, sin oirnos», expresó Ortez.

Durante su permanencia en Honduras, Insulza no se reunió con funcionarios del gobierno instaurado para evitar conferirle legitimidad. La gran mayoría de países con representación diplomática en la capital hondureña llamaron a sus embajadores para protestar por el rompimiento institucional registrado.

El ministro de Defensa nombrado por Micheletti, Adolfo Lionel Sevilla, declaró a la radio hondureña HRN que «si viene Zelaya, que venga pero le aplicaremos la ley».

En las afueras, la pista y el edificio principal del aeropuerto hay una considerable presencia de militares y policías. La principal vía de acceso a la terminal aérea está bloqueada por un puesto de control policial.

Sobre las manifestaciones de apoyo a Zelaya, Sevilla dijo que «no vamos a masacrar a nadie, solo defendemos los intereses de la patria. Pero hay grupos vandálicos que se aprovechan de la situación y podrían provocar el caso… protegemos a las personas y sus bienes».

Rafael Alegría, uno de los participantes de las protestas por el golpe de estado de los últimos días, declaró a la radio HRN que «seguimos en las calles defendiendo nuestros principios… y la movilización popular continúa de manera pacífica. Estamos sin pistolas ni armas, solo con nuestros principios».

«Sabemos que la situación se puede complicar, pero cualquier cosa grave que venga en las manifestaciones será responsabilidad del gobierno de facto», afirmó.

La mayoría de vuelos comerciales hacia y desde Tegucigalpa fueron cancelados, según la información desplegada en las pantallas del aeropuerto, que mostraba como excepciones el arribo de un par de vuelos de Continental Airlines. Unos cuantos viajeros varados permanecían en la terminal, pero eran mínimos en comparación con el número de uniformados y periodistas destacados en el lugar.

Igual que los simpatizantes de Zelaya de organizaciones campesinas, sindicales y de clase media, grupos de leales a Micheletti, en su mayoría gente adinerada, han realizado sus propias concentraciones de apoyo durante los últimos días.

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