GINEBRA (AP) — Los niños que trabajan en fábricas en condiciones inhumanas, los peones migrantes que recogen frutas y construyen casas, y los indocumentados que deben dinero a quienes los traficaron pierden 21.000 millones de dólares al año por su trabajo forzoso, según un informe de Naciones Unidas publicado el martes.
El reporte no incluye las pérdidas de prostitutas y víctimas del tráfico sexual, pero se basó en una estimación de que hay 12,3 millones de personas en el mundo que están empleadas en otras formas de trabajos forzosos.
Los trabajadores pierden unos 19.600 millones en salarios que no se les pagan, dijo la Organización Internacional del Trabajo. Otros 1.400 millones anuales se van en pagos de inmigrantes ilegales a traficantes y reclutadores.
En América Latina y el Caribe, se estima que hay 1,3 millones de trabajadores forzosos, dijo la OIT, usando un reporte de hace cuatro años.
«Cuando los trabajadores están encerrados en una fábrica oculta, no reciben pagos y son golpeados si intentan protestar, nadie niega que esto es un delito de trabajo forzoso que merece sanciones severas», dijo Roger Plant, jefe del programa de la OIT contra estas prácticas.
También hay empleadores que se quedan con los documentos de identidad de sus empleados para evitar que se vayan y reclutadores que cobran de más a los inmigrantes sin papeles de residencia legal, dijo Plant.
Cerca de la mitad de los trabajadores forzosos del mundo tienen menos de 18 años, agregó.
Asia alberga más de tres cuartos de los trabajadores forzosos, según la OIT. El tráfico de niños y adultos para el trabajo obligado y la explotación sexual están allí muy extendidos.
