Por JORGE SAINZ
MADRID — Los ingenieros estadounidenses Raymond Samuel Tomlinson y Martin Cooper fueron distinguidos el miércoles con el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica por sus decisivas aportaciones al desarrollo del correo electrónico y la telefonía celular, respectivamente.
El jurado subrayó que los dos hallazgos se encuentran entre las más grandes innovaciones tecnológicas de nuestro tiempo, revolucionando la manera de comunicarse de miles de millones de personas en todo el mundo.
«Su impacto en la sociedad queda reflejado en los más de 4.000 millones de usuarios de telefonía móvil y en los 1.500 millones de correo electrónico y de otros servicios de Internet», dijo el fallo. «Todo ello representa una importante ayuda a los países en vías de desarrollo, para los que supone una fuente de igualdad y de oportunidades».
«Es un honor aceptar este prestigioso premio», aseguró Cooper en un comunicado. «La mitad de los habitantes de la Tierra ya usan teléfonos móviles. Este es el comienzo de un futuro en el que la tecnología inalámbrica nos conectará a todos».
«Es un privilegio unir mi nombre a esta prestigiosa fundación y entrar a formar parte de una lista realmente impresionante de galardonados con los Premios Príncipe de Asturias», agregó Tomlinson.
Cooper nació en Chicago en 1928 y se licenció en Ingeniería Eléctrica. En 1973, inventó el primer terminal portátil de telefonía móvil y supervisó los 10 años de trabajo que fueron necesarios para llevar el producto al mercado.
Tomlinson, por su parte, nació en 1941 en Amsterdam, Nueva York. En 1971, desarrolló el primer programa de correo electrónico al combinar varios sistemas de envío de mensajes entre ordenadores.
El ingeniero eligió el símbolo de la arroba para distinguir los correos locales de los globales. Poco después, la arroba se convirtió en el icono universal para los correos electrónicos.
El año pasado, cuatro investigadores especializados en nanotecnología recibieron el Príncipe de Asturias en esta categoría.
El galardón de Investigación ha sido el quinto de los ocho premios Príncipe de Asturias en anunciarse este año, en su 29 edición. Los premios distinguen a personalidades de todo el mundo por su trabajo en campos como la cultura, la ciencia, el deporte o la investigación.
Hasta el momento, el arquitecto británico Norman Foster ganó el Príncipe de Asturias de las Artes, la Organización Mundial de la Salud fue reconocida en la categoría de Cooperación Internacional y el naturalista británico Sir David Attenborough recibió el Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fue distinguida en Comunicación y Humanidades.
Cada uno de estos premios, creados en 1981, está dotado con 50.000 euros (68.000 dólares) y una escultura diseñada por el artista Joan Miró.
Los premios, los más prestigiosos de cuantos se conceden en España, se entregarán en octubre en Oviedo, en un acto solemne presidido por los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia, herederos de la corona española.