Recogen cuerpos luego que avión etíope cae al mar en Beirut

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Por ELIZABETH A. KENNEDY

BEIRUT — Un avión de Ethiopian Airlines con 90 personas a bordo se incendió y cayó al mar poco después de despegar el lunes de Beirut y comenzó una búsqueda frenética bajo la lluvia que había recuperado al menos 23 cadáveres, mientras butacas, sandalias de bebé y otros restos llegaban a la costa.

Se desconocía de inmediato la causa de la tragedia, aunque ha habido fuertes lluvias y tormentas eléctricas en el área de Beirut desde el domingo por la noche.

El presidente libanés Michel Suleiman dijo que no se sospechaba de un ataque terrorista en la tragedia del vuelo 409, que iba a la capital etíope, Adis Abeba.

«Un sabotaje ha sido descartado por ahora», dijo.

Llorosos, los familiares de los pasajeros llegaban al aeropuerto de Beirut para esperar noticias. Una mujer se arrodilló mientras sollozaba. Otra gritó: «¿Dónde está mi hijo?»

Andree Qusayfi dijo que su hermano Ziadh, de 35 años, viajaba por trabajo a Etiopísa pero pensaba volver a Líbano pronto para quedarse.

«Le rogamos que postergara su vuelo por la tormenta», dijo Qusayfi, con los ojos rojos de llanto. «Pero insistió en ir porque tenía citas de trabajo».

Zeinab Seklawi dijo que su hijo Yasser, de 24 años, la había llamado cuando abordaba el avión.

«Le dije: ‘Que Dios te acompañe’ y me fui a dormir», dijo Seklawi. «Por favor, encuentren a mi hijo, sé que está vivo y no me dejaría».

Hay varios niños entre los muertos, según un funcionario de defensa libanés que pidió no ser identificado.

El Boeing 737-800 despegó rumbo a Adis Abeba cerca de las 2.30 horas (0030 GMT) y cayó a 3,5 kilómetros (2 millas) de la costa, dijo Ghazi Aridi, ministro de transporte y obras públicas. El ejército libanés dijo en una declaración que el avión estaba «en llamas poco después de despegar».

«El tiempo indudablemente era muy malo», le dijo Aridi a reporteros en el aeropuerto.

Pedazos del avión y otros restos estaban llegando a la orilla horas después del desastre, incluyendo asientos, una sandalia de bebé, un extintor de incendios y frascos de medicina.

La esposa del embajador francés en Líbano, Denis Pietton, estaba en el avión, según la embajada.

Helicópteros y barcos navales fueron enviados al área para encontrar el aparato, mientras grandes olas azotaban la costa. El primer ministro libanés Saad Hariri anunció un día de duelo y cerró las escuelas y oficinas del gobierno.

El jefe ejecutivo de Ethiopian Airlines Girma Wake dijo en Adís Adeba que no tenía información sobre la suerte de los ocupantes del avión ni sobre la causa. Dijo que el avión, alquilado a CIT Aerospace, había sido revisado el 25 de diciembre y pasó una inspección. CIT no respondió de inmediato a llamadas en busca de declaraciones.

El avión llevaba 90 personas, incluyendo 83 pasajeros y siete tripulantes. El ministro Aridi dijo que los pasajeros eran 54 libaneses, 22 etíopes, un iraquí, un sirio, un canadiense de origen libanés, un ruso de origen libanés, una mujer francesa, y dos británicos de origen libanés.

La aerolínea dijo que los pasajeros eran 82 y los tripulantes, ocho. No estaba clara la razón de la diferencia.

El analista de seguridad aérea británico Chris Yates dijo que era demasiado pronto para saber qué causó la tragedia, pero que los aviones modernos están hechos para soportar las peores condiciones climáticas.

«Uno no pensaría que una tormenta fea, por sí misma, sería la principal causa de un accidente como éste», dijo Yates. El fuego en el avión podría indicar una falla de uno de los motores o que algo —un pájaro o algún otro objeto— hubiera sido succionado por un motor.

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