Por JENNIFER LOVEN
OMAHA BEACH, Francia (AP) — Los jefes de estado o gobierno de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Canadá destacaron el sábado los sacrificios de los soldados aliados que hace exactamente 65 años desembarcaron en Normandía en el Día D, la batalla que marcó el comienzo de la derrota final de la Alemania nazi.
Recordando el «infierno inimaginable» de la batalla, el presidente estadounidense Barack Obama dijo que la «sola improbabilidad de la victoria (aliada) es lo que vuelve tan memorable el Día D».
El discurso de Obama fue el último de la jornada, que comenzó con la ejecución de los himnos de los cuatro países.
Inició los discursos el presidente francés Nicolas Sarkozy, seguido por el premier canadiense Stephen Harper y el primer ministro británico Gordon Brown. A las ceremonias asistió también el príncipe Carlos de Inglaterra.
La ceremonia se realizó en un día soleado, en el Cementerio Americano sobre Omaha Beach y otras playas donde soldados estadounidenses, canadienses y británicos pusieron pie en tierra bajo el fuego del ejército alemán que los aguardaba.
Obama visitó un museo con su esposa, Michelle. Dejó una corona de flores en honor de los caídos. Luego saludó a miembros de las fuerzas armadas y conversó con veteranos de la Segunda Guerra Mundial.
Los acantilados de Normandía todavía llevan las señales de los emplazamientos de cañones y otros restos de la guerra.
Obama observó que muchos presidentes estadounidenses han visitado el lugar y pronosticó que «mucho después de que haya pasado nuestro tiempo en la Tierra, una palabra seguirá despertando el orgullo y el asombro de hombres y mujeres que no conocerán a los héroes sentados frente a nosotros: Día D».
«Amigos y veteranos», prosiguió, «lo que no podemos olvidar, lo que no debemos olvidar, es que el Día D fue un momento y un lugar donde el valor y la abnegación de unos pocos pudo torcer el rumbo de todo un siglo».
Antes de llegar a Francia, Obama visitó Arabia Saudí, Egipto y Alemania.