Por ERIC NÚÑEZ
NUEVA YORK — Después de pasar un día entero sin hacer más nada que esperar, Rafael Nadal salió el sábado a jugar unos 34 minutos que más parecieron una práctica.
La interrupción por lluvia le vino como anillo al dedo al español, que arrasó en el tercer set para ganarle 7-6 (4), 7-6 (2), 6-0 al chileno Fernando González y acceder a las semifinales del Abierto de Estados Unidos.
«No esperaba que fuera tan rápido», dijo Nadal. «Esperas un partido más complicado … pero el erró más de lo habitual y yo pude terminar pronto».
Y vaya que le fue bien. Disparado como un rayo, Nadal salió decidido a liquidar un partido que comenzó la noche del jueves y terminó pasado el mediodía del sábado. Nadal ganó los cuatro puntos que necesitaba para completar el desempate del segundo set y acto seguido le pasó el rodillo a González en el tercero.
En su segunda semifinal seguida en Flushing Meadows, Nadal enfrentará el domingo al argentino Juan Martín Del Potro, a quien aventaja 4-2 en el historial. Roger Federer jugará el mismo día contra Novak Djokovic en la otra semifinal masculina.
El partido Nadal-González fue suspendido el jueves con Nadal arriba un set y 3-2 a su favor en el desempate del segundo.
Aquejado por dolores en los músculos abdominales, el tercer cabeza de serie no perdió tiempo en la reanudación de un desempate que González le obsequió en bandeja al cometer cuatro errores no forzados.
«Comenzar un tiebreak así no es fácil. Es como una lotería en la que cualquier cosa puede pasar», indicó Nadal.
El dominio de Nadal fue abrumador en el último set, en el que el undécimo preclasificado chileno apenas ganó 12 puntos. En total, González acabó con 59 errores no forzados, 46 más que Nadal.
Luego que perdió el saque en su primer juego con servicio en el tercer parcial, González descargó su frustración azotando su raqueta. Veía impotente cómo se le escapaba su segunda oportunidad de alcanzar una semifinal aquí, luego que en 2002 se coló en la ronda de los ocho mejores en su primera participación.
«Entré con la decisión de imponer mis términos. Fallé pelotas que me costaron caro», afirmó González,
El chileno ha perdido sus últimos seis partidos frente a Nadal y lo peor de la estadística es que no ha ganado ninguno de los 15 sets de los mismos. Su última victoria se remonta al Abierto de Australia de 2007, cuando el chileno logró su mejor resultado en un Slam al llegar a la final.
Fue un desenlace desigual después de un reñido inicio la noche del jueves, en la que ninguno pudo quebrar el servicio del rival.
La rapidez con la que Nadal despachó a González el sábado es lo que mejor que pudo hacer, al considerar que arrastra una dolencia en los abdominales que acaba de forzarle a renunciar a la convocatoria de España para jugar contra Israel en las semifinales de la Copa Davis.
Hizo bien en finiquitar el duelo, ya que al rato volvió a llover y la programación quedó paralizada.
«Creo que he tenido algo de suerte con un día y medio libre», añadió Nadal, a quien el título en Flushing Meadows es el último que le falta para convertirse en el séptimo tenista en la historia que completa la colección de Grand Slams.
Nadal llegó al Open estadounidense tratando en todo momento de minimizar sus expectativas, luego de alejarse del circuito durante dos meses para darle descanso a la tendinitis en sus rodillas.
«La cruda realidad es que nunca he pensado en ganar aquí», afirmó Nadal.
Salvo la molestia abdominal, Nadal asegura que es el mismo de siempre: «El hecho de volver ya sólo me causaba felicidad, he vuelto al nivel en el que me fui».
Aunque aventaja a Del Potro en el frente a frente, Nadal sabe que el argentino le ha ganado los dos últimos partidos. Ambos fueron este año en sendos Masters, Miami y Cincinnati.
«Es uno de los jugadores más completos del circuito», destacó Nadal sobre Del Potro, el único de los semifinalistas que no ha ganado un Slam. «Antes no sacaba tan bien como lo está haciendo ahora y es muy sólido en el fondo».
Mientras tanto, las semifinales de mujeres se disputaron más tarde con una victoria sorpresiva de la belga Kim Clijsters sobre la estadounidense Serena Williams, en medio de un escándalo, mientras que la danesa Caroline Wozniacki se impuso a la belga Yanina Wickmayer.
Clijsters, quien llegó a este torneo sin figurar entre las preclasificadas y sin ubicarse en el escalafón mundial, llegó a la final al superar a Williams (2da preclasificada), por 6-4, 7-6.
Cuando Williams servía, en 5-6 y 15-30 en el segundo set, cometió una falta en su primer saque. En el segundo, la jueza de línea marcó una falta por poner el pie sobre la línea. Así, se le señaló una doble falta que puso los cartones en 15-40 y dejó a Clijsters en match point.
En lugar de volver a la línea de fondo para sacar, Williams se acercó a la jueza y le comenzó a gritar, apuntándole y haciendo gestos con una pelota en la mano.
«Si pudiera, tomaría esta … pelota y te la metería en la … garganta y te mataría», dijo Williams, con palabras subidas de tono intercaladas.
La increpada la acusó con la jueza de silla y el árbitro de torneo Brian Early se sumó a la conversación. Williams se acercó y le dijo a la jueza de línea: «No dije que te mataría. ¿Estás hablando en serio? ¿Estás hablando en serio? No dije eso».
A Williams se le había marcado ya una infracción por conducta antideportiva, al azotar su raqueta luego de perder el primer set. Por lo tanto la jueza de silla esta vez la sancionó con un punto para Clijsters, lo que puso fin al encuentro.
Clijsters no competía en el Abierto estadounidense desde el 2005, cuando ganó el título. El domingo enfrentará a la novena preclasificada, la danesa Caroline Wozniacki, que venció a la belga Yanina Wickmayer 6-3, 6-3 en la otra semifinal, también demorada por lluvia.