Londres.- Por Juan Carlos Rincón.- El sólido escalador David Gaudu consiguió su primera victoria de etapa en una Gran Vuelta y la única hasta hoy de un ciclista francés en la edición 2020 de la Vuelta a España, al coronar primero el largo ascenso al Alto de la Farrapona, a 1.708 metros de altitud en la Sierra Cantábrica, luego de vencer la resistencia de otro gran ciclista de su generación, el español Marc Soler, quien descontó poco más de un minuto al líder Primoz Roglic y ascendió al sexto lugar de la general.
Gaudu, fiel escudero y gregario de lujo del errático Thibaud Pinot en la escuadra Groupama-FDJ, quedó por su parte a 5:02″ de Roglic y a 19″ del Top-10 de la carrera. El joven de 24 años demuestra que merece el liderato principal del equipo francés y cumple un paso más en su progresión. Gaudu fue el ganador del Tour de l’Avenir 2016, un año después que su rival de hoy (Soler) y antes que el colombiano Egan Bernal (2017). Junto a Tadej Pogacar (2018) y el colombiano Miguel Angel López (2014), integran la generación más promisoria de triunfadores de la Vuelta del Porvenir en los últimos años, de la cual salieron los ciclistas ya maduros y líderes, Nairo Quintana, Esteban Chaves y Warren Barguil.
El gran ganador la víspera de la Fiesta de Todos los Santos (día de “Halloween”), fue Soler y su equipo Movistar, que tiene ahora a sus tres fichas principales en el Top-10 de la tabla: Enric Mas (5°), Soler (6°) y el veterano capitán, Alejandro Valverde, en un destacado octavo lugar. La suerte en cambio no acompañó al líder del equipo australiano Mitchelton-Scott, Esteban Chaves, que tuvo un mal día (perdió más de 2 minutos) y bajó del 7° puesto al 14. Ahora está a 5:40″ del líder, mientras su compañero español Mikel Nieve subió al décimo, 57″ delante del colombiano.
La tabla general no sufrió mayores variaciones, en una jornada de cuatro puertos montañosos en el que los favoritos reservaron fuerzas para la corta pero definitiva etapa de este domingo con el brutal ascenso de 12 kilómetros al exigente Alto de L’Angliru (1.560 ms), en el que finalizarán las ilusiones de muchos y la clasificación deberá quedar decantada para los favoritos más fuertes. El trayecto tiene apenas 109,4 kilómetros pero los últimos 55 (la mitad), tienen 3 cimas con rampas y pendientes que van desde 12 hasta 23,5%. Las dos cimas iniciales -La Mozqueta y El Cordal- seleccionarán la carrera y en el Angliru solo los bravos sobrevivirán.
La Sierra Cantábrica es exigente, árida y compleja, igual que la comarca de El Bierzo, en la provincia vecina de León, en los valles de la cuenca del río Sil, donde al amparo de de un microclima atlántico y mediterráneo continental, nacen los grandes vinos de la D.O.Bierzo y reina una de las uvas tintas más interesantes de España y Portugal: la Mencía, cultivada desde la época romana en la península ibérica y que desde la década de los años 90 ha tenido un florecimiento nacional y una proyección internacional constante, principalmente en Estados Unidos, China y Gran Bretaña. Como hecho interesante, en vista del carácter y aromas ligeramente similares de la uva, en algún momento fue considerada como un clon derivado del Cabernet Franc, que es el factor mágico de los Grandes vinos Cru Classé de Saint Emilion, pero estudios recientes del ADN lo descartaron.
Los vinos de Mencía han ganado popularidad gracias a la pasión de sus productores (basicamente bodegas familiares), a la calidad de sus viñedos (en su mayoría viejos y en pie franco), y a que cada vez más, destacados enólogos españoles trabajan con esmero la uva. Un vino muy exclusivo elaborado con Mencía en Bierzo por la bodega de la familia de Alvaro Palacios, el creador del icónico vino L’Ermita en Priorato, ha superado recientemente el astronómico precio de €1000/botella!. Algo que sólo algunos Grand Cru franceses o italianos consiguen.
De Mencía hay plantadas 8.400 hectáreas en el noroeste de España, 5.100 en Castilla y León, que corresponden a la Denominación de Origen Bierzo y 3.25o en Galicia, donde se utiliza en los vinos producidos en Valdeorras, Monterrei y en Ribeira Sacra, donde se la cultiva en laderas empinadas llamadas “bancadas”, en las orillas del río Sil.
Es una imagen inolvidable que llevó a los expertos mundiales como mi amigo Luis Paadín, a acuñar el termino “viticultura heroica” para los viñedos y productores en Ribeira Sacra. Lo más parecido que conozco son las terrazas de Lavaux (Suiza) o del Duero (Portugal). En Ribeira Sacra es aún más impresionante porque los viñedos descienden en pendiente -sin terrazas- desde la ladera hasta el borde del río, como lo comprobé maravillado en octubre de 2018 en un crucero por el cañón del Sil, cuando visitamos esa y otras regiones vinícolas gallegas guiados por Luis.
Esta noche estoy en el Bierzo que tiene un clima intermedio especial para la viticultura; es parecido en pluviometría (lluvias) y humedad al de Galicia, y a su vez es cálido y seco como el de Castilla. Los viñedos se encuentran en valles ubicados en alturas que varían entre 400 y 800 metros sobre suelos húmedos y ligeramente ácidos que son mezcla de cuarzo y pizarra y aportan notas minerales y frescura. Se producen vinos tintos, con Mencía y blancos con Godello, como el primer vino de la bodega Peique que se presentó la primera semana, en la cuarta etapa de la Vuelta 2020 con Vinos de España. Son las dos variedades autorizadas por el Consejo Regulador para producir vinos.
Hasta los años 90 los vinos con Mencía eran ligeros y frutales para consumo temprano. Los conocí en España y los he seguido en Londres. Antes del nuevo siglo eran aún ligeramente rústicos y con cierto carácter herbáceo. Pero todo cambió con el milenio. Varias de las bodegas más importantes nacieron a finales del siglo 20 aunque la producción familiar tiene más de un siglo. Peique es uno de los nombres ilustres del Bierzo y uno de esos casos. Y tenemos un paralelo vital.
Bodegas Peique es un emprendimiento familiar que nació en 1999 cuando se elaboraron 10.000 botellas de la primera añada, en instalaciones prestadas por amigos de otras bodegas. Durante dos años se adaptaron hasta tener instalaciones propias en el pueblo natal, Valtuille de Abajo. Casi 20 años después tiene los medios modernos de producción, emplea barricas de 500 litros de roble francés y ofrece una gama de diez vinos de alta calidad -varios premiados internacionalmente- que incluye el blanco de Godello, un rosado, un Garnacha tinto y los de Mencía para todos los gustos y presupuestos, elaborados con viñas que van desde 45 años hasta algunas centenarias.
Yo me casé en diciembre de 1999. Nuestros primeros dos años con Elizabeth en Bogotá fueron de adaptación y construcción. Llegamos a Londres en 2001 y hoy, más de 20 años después, somos felices y el camino recorrido ha sido fructífero y enriquecedor. Para Bodegas Peique y para nosotros, 1999 fue la ilusión y el comienzo de una aventura exitosa.
Nuestro invitado, el vino ícono Luis Peique, es una joya proveniente de viñedos de más de 90 años y del cual apenas se elaboran mil botellas anuales en promedio. Un Grand Cru de precio imbatible: €44!. Me correspondió la botella 657 de 1.100 producidas en la excelente añada 2012.
En esta noche de Halloween, mi esposa cocinó un delicioso zapallito relleno con carne, finas hierbas, queso ricotta (requesón) y verduras, en salsa de aceitunas negras y tomates cherry, acompañado de un arroz basmati blanco rociado con sumac. Una pequeña sinfonía de aromas, texturas y colores que Luis Peique complementó perfectamente.
Con más de seis años de evolución en botella, este 2012 tiene muy buena densidad y conserva un color rojo granate intenso. En nariz es un conjunto de aromas de frutos rojos, notas de sotobosque y flores del campo, pimienta blanca y suaves aromas torrefactos, que luego en boca se convierten en una explosión de frutas rojas (cereza, arándano y ciruelas pasas) y negras (agraz), con toques de grafito y turbados suaves. Me sorprendió gratamente que los 14.5%Vol de grado alcohólico no pesan, la evolución permanente por casi un minuto en boca y su persistencia elegante.
La calidad en conjunto me convenció para otorgarle 94 puntos en mi escala de valoración organoléptica (equivalen a 95+ de Decanter), pero creo que seguirá mejorando en botella y al cumplir diez años de la añada, en 2022, estará en un estadio superior. Lo considero un vino para guarda larga y me parece interesante “olvidar” una botella en la cava para abrir a los 20 años, como los Grand Cru franceses.
Este vino no había nacido en mi primer encuentro con Luis de Priego hace 15 años en una presentación de vinos españoles en el Royal Festival Hall. La bodega estaba despegando y la gama no era tan amplia. Después los he catado en Valencia, Madrid, Prowein, Vinexpo, Fenavin y otros eventos internacionales. Son vinos que expresan la idiosincrasia de la uva Mencía y de Bierzo, fieles al terruño, lo que los franceses llaman el “terroir”; con mucho carácter, auténticos, sin excesos de modernidad.
El vino ícono de la casa lo descubrí más tarde, hace apenas cuatro años en febrero de 2016 en Londres, en el Decanter Fine Wine Encounter dedicado a los vinos españoles. Mar Peique, directora de la bodega y su esposo Luis de Priego, presentaron la gama de vinos que yo llamo “Mencías de Alcurnia”, entre ellos el fantástico Luis Peique de la excelente añada 2010. Este 2012 da otro paso adelante y es superior.
La calidad de los vinos de la bodega la reconocen los concursos más prestigiosos del mundo. Este año, Decanter World Wine Awards (DWWA) le otorgó 97 puntos, medalla de platino y además lo eligió como uno de los 50 mejores del mundo (Best in the Show) a su vino Ramón Valle 2018, creado en homenaje al abuelo materno de Luis, el pionero de la aventura y quien hace 70 años era quien cultivaba los viñedos de la familia Peique en Bierzo.
Es un vino joven, de crianza corta (7 meses en barrica francesa y 5 en botella), a partir de viñas de 50 años en promedio, ubicadas en tres pagos históricos de la casa; Mata Los Pardos, El Olivar y Cova de la Raposa. Otra botella que representa la esencia familiar de la bodega y también con precio insuperable: €8,50. Queda claro para todos que para disfrutar grandes vinos, como los de Bodegas Peique, no es necesario vaciar la cuenta bancaria!.
* Sitio web de la bodega Peique: www.bodegaspeique.com
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MENCIA: La uva se cultiva desde la época de la Antigua Roma y su dominación de Europa, en el noroeste de la península ibérica, en España y Portugal. Se considera una uva española por su amplia extensión en las Comunidades autónomas de Asturias, Castilla y León y Galicia. Pero también se cultiva al norte de Portugal donde se la llama Jaén. Es muy empleado en los vinos de Dão y Douro como parte de la mezcla y tiene otros sinónimos; Giao, Fernao Pires Tinta y Loureiro Tinto (dos uvas que originalmente son blancas), Mencin y Tinto Mollar. Pero lo más interesante es que los últimos estudios científicos parecen demostrar que la uva probablemente se originó en Portugal y fue el resultado de un cruce entre las variedades tintas locales Alfrocheiro y Patorra.
Tomado del portal rincondecata.com