Por JORGE SAINZ
BERLIN — Usain Bolt cerró el sábado con su tercera medalla de oro un brillante pleno de títulos en el mundial de atletismo tras la victoria de Jamaica en el relevo 4×100. Esta vez sin récord del mundo.
En la penúltima jornada en Berlín, la nota negativa la puso el panameño Irving Saladino, quien perdió su condición de campeón del mundo en el salto largo después de tres intentos nulos en la final.
Ante un estadio olímpico abarrotado, Bolt quería despedirse de la competición con el oro y la plusmarca, pero no pudo ser.
Corrió la tercera posta de Jamaica por la curva del 200 y le entregó el bastón a Asafa Powell para los metros finales. El equipo jamaiquino ganó la carrera con solvencia, pero marcó un tiempo final de 37.31 segundos, lejos de su propia plusmarca de 37.10 lograda hace un año en los Juegos Olímpicos de Beijing.
El público y hasta el mismo equipo jamaiquino parecieron quedarse un poco fríos sin el récord que todos esperaban. Incluso miraban la gran pantalla del estadio en busca del tiempo con cierta incredulidad.
«No hubo récord y creo que fue mi culpa», dijo Bolt. «Estaba un poco cansado».
Aunque no pudo completar el pleno de plusmarcas, Bolt se marcha de Berlín con un expediente inmaculado de tres oros y dos récords mundiales en los 100 y 200 metros.
Una actuación que recuerda por su aire legendario a la que firmó en este mismo estadio Jesse Owens, con cuatro oros de cuatro posibles, durante los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936.
«No puedes acostumbrarte a ganar», explicó el jamaiquino. «Creo que todavía no soy una leyenda. Hay que ir año a año, siendo campeón una y otra vez».
Saladino fue la decepción del día. El campeón olímpico y defensor del título mundial no dio un solo salto válido y quedó fuera del podio.
El estadounidense Dwight Phillips se colgó el oro con una marca de 8,54 metros. Saladino dijo que no había sentido presión y que, simplemente, se equivocó.
«Nada salió hoy. No sé si fue la ansiedad, no sé que fue», señaló. «He aprendido que nadie de aquí es Superman y nadie de aquí es perfecto».
Panamá se va del mundial sin el ansiado triunfo de Saladino, pero con la sorprendente plata del joven velocista Alonso Edward en los 200 metros.
«Que no se entristezcan, que no se desanimen. Aquí hay Saladino para rato», advirtió el saltador canalero sobre el futuro.
El resto de finales del día, Jamaica dobló oro en relevos con la victoria en el 4×100 femenino. Las velocistas jamaiquinas se encontraron con el camino despejado gracias a la eliminación en la ronda clasificatoria de Estados Unidos debido a la lesión de su corredora Muna Lee.
El equipo colombiano formado por Yomara Hinestroza, Felipa Palacios, Darlenys Obregón y Norma González consiguió avanzar a la final del relevo corto.
Las velocistas completaron los 400 metros en octava posición y no pudieron mejorar la sexta plaza del mundial de Helsinki hace cuatro años.
«Con sólo ser finalistas supone que es un trabajo muy importante el que hicimos», dijo Norma González. «Estamos contentas con los resultados».
Jamaica ha dominado las pruebas de velocidad en Berlín con una superioridad abrumadora, sumando un total de cinco victorias.
Las gradas del estadio Olímpico no se marcharon el sábado sin ver un récord del mundo. La polaca Anita Wlodarczyk estableción una nueva plusmarca de 77,96 metros para llevarse la medalla de oro en la prueba de lanzamiento de martillo.
Kenia vivió un día histórico con sendos dobletes de oro y plata en el maratón masculino y los 5.000 metros femeninos.
Vivian Cheruiyot y Sylvia Kibet finalizaron en primer y segundo lugar respectivamente los cinco kilómetros, poniendo fin al tradicional dominio etíope en la prueba.
En los 42 kilómetros del maratón por las calles de Berlín, el keniano Abel Kirui cruzó en solitario la meta instalada en la emblemática Puerta de Brandemburgo justo por delante de su compatriota Emmanuel Kipchirchir Mutai.
Tras la agotadora prueba, un feliz Kirui no dudó en ponerse a bailar para festejar su victoria.
«Ha sido increíble. La felicidad es la felicidad», dijo Kirui. «Por lo menos, necesitas mostrarla».
En la final del salto con pértiga masculino, el campeón olímpico australiano Steven Hooker y gran favorito para la victoria conquistó el título mundial con un salto de 5,90 metros.
