Por ALESSANDRA RIZZO
ROMA (AP) — Más de 1.000 millones de personas, casi una sexta parte de la humanidad, padecen hambre debido en gran medida a la crisis económica mundial y a los precios elevados de los alimentos, informó el viernes la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura.
El número de hambrientos —quienes consumen menos de 1.800 calorías diarias— superó al del año pasado en unos 100 millones, agregó la organización conocida como FAO.
El director general de la agencia, Jacques Diouf, dijo que la crisis del hambre genera «graves riesgos para la paz y seguridad del mundo».
La FAO, con sede en Roma, dijo en el informe divulgado el viernes que casi todos los desnutridos viven en países en desarrollo.
El número de hambrientos es de 642 millones en Asia y el Pacífico y 265 millones en el Africa subsahariana.
En América Latina y el Caribe se registraron 53 millones de personas con hambre, un aumento del 12,8% con respecto al año anterior.
Casi todos los desnutridos en el mundo viven en países en desarrollo, donde los precios de los alimentos han bajado más lentamente que en el de las naciones más ricas, dijo el informe. Los países pobres necesitan más ayuda e inversiones agrícolas, agregó.
Los precios elevados por los alimentos básicos como el arroz desencadenaron motines en el mundo en desarrollo el año pasado.
El hambre aumentó pese a una firme producción de cereales en el 2009 y a una ligera baja en los precios de los alimentos en comparación con los niveles de mediados del año pasado. Sin embargo los precios promedio a fines del año pasado seguían un 24% superiores que en el 2006 en términos reales, observó la FAO.
La crisis económica mundial ha agravado el problema para las personas que enfrentan la pérdida de empleos o reducciones salariales. Algunos países también han perdido flexibilidad en el manejo de las fluctuaciones de precios debido a que la crisis ha restado efectividad a recursos como las divisas, que se han devaluado.
El informe pronosticó que los pobres urbanos probablemente serán los más afectados a medida que declinan las inversiones extranjeras y cae la demanda de exportaciones, y que millones regresarán al campo, lo que a su vez ejercerá presión sobre las comunidades rurales y sus recursos.
En el mundo hay actualmente unos 1.020 millones de hambrientos, un 11% más que los 915 millones del año pasado, dijo la agencia. Basó sus cálculos en análisis del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
La crisis afecta también la calidad de la nutrición ya que las familias tienden a comprar alimentos más baratos, como granos, que son ricos en calorías pero que tienen menos proteínas que la carne o los productos lácteos.
Diouf instó a los gobiernos a establecer programas de protección social para mejorar el acceso a los alimentos de la gente necesitada. Agregó que los pequeños agricultores deberían recibir ayuda con semillas, herramientas y fertilizantes.