La fatiga del binominal y la desbandada

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Por Julio Suárez Anturi.-

Hubo una reciente cascada de renuncias a la militancia en los partidos chilenos tradicionales, como una muestra de la fatiga de un modelo político coercitivo llamado sistema binominal.

Entre las características de este sistema binominal está el monopolio del acceso al Congreso Nacional y la distribución de las jurisdicciones políticas y los cargos del Estado.

Forman parte del sistema binominal, la alianza de la Concertación, y el acuerdo de la Alianza, los dos grandes conglomerados políticos de Chile. El primer grupo es de centro izquierda, y el segundo de centro derecha.

Son de la Concertación: el Partido Socialista, la Democracia Cristiana, el Partido Por la Democracia (PPD) y el Partido Radical.

Son de la Alianza: la Unión Demócrata Independiente y Renovación Nacional.

Al amparo del mecanismo binominal estos dos bloques decidieron excluir del Congreso Nacional a varios partidos y movimientos, los cuales siempre alegan haber tenido un rol destacado en la oposición al régimen dictatorial de Augusto Pinochet.

Esta exclusión del Congreso Nacional es, sin embargo, algo legítimo en democracia.

Los excluidos decidieron llamarse “Izquierda extra parlamentaria”, y son: Partido Comunista, Partido Humanista, y movimiento Juntos Podemos.

Cualquiera de los militantes de los dos bloques del sistema binominal pueden postular al Congreso Nacional o una alcaldía, pero solo la dirigencia de la Concertación o de la Alianza puede autorizar esa postulación.

Y además de legitimarla, pueden disponer de cualquier jurisdicción para hacer efectiva esa postulación. Por ejemplo, un aspirante que vive en Santiago puede pedir a la dirigencia del bloque al que pertenece que legitime su postulación en Punta Arenas (extremo sur del país), o Antofagasta (en el norte del país).

De esta manera, las dirigencias de los dos bloques (Concertación y Alianza) pueden disponer de las jurisdicciones y de los cupos del Congreso Nacional, legítimamente en democracia.

Un ejemplo puede analizarse en el diario oficialista La Nación, cuyo enlace es este: http://www.lanacion.cl/prontus_noticias/site/artic/20050827/pags/20050827181148.html

Es, justamente, el desacato a este sistema binominal, el que ha producido la actual desbandada que comentamos.

El ex Intendente Metropolitano de Santiago, y ex vicepresidente de la Democracia Cristiana, Marcelo Trivelli quiso postularse al Congreso Nacional pero la dirigencia de la Democracia Cristiana le hizo ver que mejor había decidido apoyar a Andrés Zaldívar y Jorge Burgos.

El senador del Partido Por la Democracia, Roberto Muñoz Barra, quiso re-postularse y la dirigencia del PPD le dijo que ese cupo era para Jaime Quintana.

El alcalde Luis Plaza quiso apoyar para el Congreso a Mario Desbordes (por Renovación Nacional), pero la dirigencia de RN le dijo que ese cupo era de Nicolás Monckeberg.

Es ya conocido el caso del diputado del Partido Socialista, Marco Enríquez-Ominami, quien prácticamente fue expulsado por la dirigencia del PS, porque quiso participar de unas elecciones primarias cuando se propuso escoger candidato por la Concertación entre varias opciones, la de Eduardo Frei incluida, quien finalmente ganó ese privilegio.

Marco Enríquez-Ominami decidió lanzarse solo, como independiente, y curiosamente es uno de los favoritos en la primera vuelta electoral para suceder a la presidenta Michelle Bachelet.

Su padre, el senador socialista Carlos Ominami fue obligado a abandonar el PS, por presión del presidente de ese partido, Camilo Escalona. Por esta razón, Carlos Ominami anunció que se re-postulará al Senado, como independiente.

Solo mencionar estos hechos, salta a la vista lo asfixiante que resulta la manera de actuar de los dos bloques políticos, la Concertación y la Alianza, que se han concertado para ejercer el monopolio del Congreso Nacional.

Todo indica que la rebeldía de estos días es una señal inequívoca del desgaste del actual sistema binominal, que sin duda comienza a desmoronarse.

Por lo demás, la repartija de los cupos parlamentarios y de las alcaldías (pura mecánica política) revela un pobre contenido ideológico. No hay necesidad, ciertamente, de tener postulados ideológicos porque opera la mecánica electoral.

El médico Esteban Maturana, presidente de la Confederación de Funcionarios de la Salud Municipalizada (Confusam), decidió renunciar al Partido Socialista y a la Concertación, hastiado del sistema binominal que también coarta al electorado, argumentando: “La injusticia social y la falta de democracia no es responsabilidad única de las fuerzas más reaccionarias de la sociedad”, en alusión al grupo de izquierda (la Concertación) que gobierna a Chile desde hace 16 años, enseguida del triunfo del “No” en las urnas, que puso fin al período dictatorial de Augusto Pinochet.

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