Por JUAN ZAMORANO
TEGUCIGALPA — El gobierno de facto instó nuevamente a Manuel Zelaya a retomar el acuerdo que busca solucionar la crisis política hondureña y avanzar en un gobierno de unidad, pero el líder derrocado ratificó que no volverá a dialogar más con un «régimen golpista» y que esto arruinará las elecciones de noviembre.
«Ellos no entienden esa palabra (diálogo), ni entienden la palabra de respeto a la soberanía popular», dijo Zelaya la noche del domingo a Radio Globo. Aseguró que en este proceso, que dio por fracasado, «Estados Unidos está flaqueando».
«La potencia más grande del mundo se está debilitando ante la dictadura», agregó. Pero si Estados Unidos «se debilita, nosotros no».
En un comunicado divulgado horas antes a los medios, el gobierno de facto de Roberto Micheletti dijo a Zelaya que «todavía está a tiempo de demostrar que verdaderamente está comprometido con el acuerdo y la reconciliación del pueblo hondureño».
Asimismo, pidió a la Organización de los Estados Americanos (OEA) y a la comunidad internacional que mantengan su posición en el marco del acuerdo respecto al respaldo de las elecciones del 29 de noviembre y la normalización de las relaciones de Honduras con el mundo.
Micheletti esperaba que este fin de semana Zelaya decidiera participar en el gobierno de unidad que según el acuerdo alcanzado el 30 de octubre entre las partes en conflicto debía formarse e instalarse el 5 de noviembre.
Argumentó que actuó ceñido al acuerdo que estipulaba la integración de un gobierno con la participación de representantes de los partidos políticos y la sociedad civil. Dijo que el mandatario derrocado se negó a proponer candidatos.
La postura de Micheletti es que mientras el Congreso no decida si restituye o no a Zelaya a la presidencia, él seguirá llevando los hilos del país.
Pero Zelaya insiste en que el acuerdo se incumplió al no convocarse a los legisladores expeditamente para que finiquitara su regreso y encabezar el gabinete de unidad.
«El acuerdo tiene un fin, un propósito», argumentó Zelaya más temprano después de participar en una misa en la sede diplomática brasileña. «Todos los pasos (puntos y calendarios) están unidos. ¿Cómo (Micheletti) va a formar un gabinete sin presidente? ¿Un gabinete lo va a dirigir el presidente de facto que dio el golpe de Estado? ¿Esa es la reconciliación?»
El acuerdo fue impulsado por Estados Unidos y había suscitado grandes esperanzas de que fuese finalmente la vía de salida a la crisis que se ha prolongado por más de cuatro meses.
El gobierno de unidad, planteado en el acuerdo, debe velar por las elecciones presidenciales y traspasar el poder al ganador, el 27 de enero. Zelaya advirtió que si no es reinstalado al poder esos comicios adolecerían de legitimidad.
El candidato presidencial independiente y adepto a Zelaya, Carlos H. Reyes, anunció el domingo su retiro de la contienda electoral, mientras que el Bloque de Resistencia contra el Golpe de Estado —que agrupa a organizaciones populares y sindicales, entre otras— también decidió no participar en la contienda.
Zelaya elogió esa decisión. «Las elecciones de todos los países del mundo son procesos que apoyamos los demócratas. Las elecciones no las apoyan los golpistas», destacó.
«Las elecciones no gozan de legitimidad. ¿Cuánto tiempo va a durar para que lo vuelva a quitar (el nuevo presidente) Micheletti y Romeo Vásquez (jefe del Estado Mayor Conjunto)?», preguntó. «Lo que quieren es legitimar el golpe con los comicios».
Para el gobierno de facto, «Zelaya está tratando de actuar como víctima cuando en realidad su papel protagónico es ser el verdugo del mismo acuerdo con el comportamiento errático que lo caracteriza».