Por LORI HINNANT
KABUL — Centenares de combatientes islámicos que salieron repentinamente de una aldea y una mezquita atacaron el domingo un par de retenes militares en una zona remota cerca de la frontera con Pakistán, matando a ocho soldados estadounidenses y capturando a más de 20 elementos afganos de seguridad, en el ataque más mortal contra las fuerzas de Estados Unidos en más de un año, dijeron las autoridades militares el domingo.
La batalla feroz, que estalló el sábado al amanecer en el distrito de Kamdesh, de la provincia montañosa de Nuristan, se extendió durante todo el día y probablemente alimente el debate en Washington acerca de la dirección que debe seguir la guerra iniciada hace ocho años.
El Talibán se atribuyó responsabilidad por el ataque, el más mortal que haya sufrido la fuerza de coalición desde un ataque similar en julio de 2008 que mató a nueve soldados estadounidenses en la misma región montañosa, conocida como un bastión de al-Qaida.
El general Stanley McChrystal, el máximo comandante estadounidense y de la OTAN en Afganistán, ha dicho que planea trasladar a las tropas estadounidenses de los puestos de avanzada remotos, que son difícil de defender, y llevarlas a las áreas pesadamente pobladas como parte de una nueva estrategia enfocada en proteger a los civiles afganos.
Las tropas estadounidenses usaron artillería, helicópteros artillados y bombardeos aéreos el sábado para rechazar a los atacantes, infligiendo «fuertes bajas enemigas», según una declaración de la OTAN. La lucha persistió hasta el domingo en el área, dijeron las autoridades afganas y de Estados Unidos.
El ataque comenzó al amanecer del sábado y duró varias horas, dijo Jamaludin Badar, gobernador de la provincia de Nuristán. Badar dijo que los dos puestos militares estaban en una colina — uno en la cima y el otro al pie de la ladera — flanqueados por la aldea a un lado y la mezquita al otro.
Casi 300 combatientes extremistas atacaron el reten al pie de la ladera y luego lo rodearon para llegar a la estación estadounidense en la cima desde ambas direcciones, dijo Mohamed Qasim Jangulbagh, director de la policía provincial.
«Este fue un ataque complejo en un área difícil», dijo el coronel Randy George, comandante del área, en la declaración. «Los soldados estadounidenses y afganos pelearon valientemente juntos».
Los detalles del ataque seguían siendo poco claros el domingo y había reportes contradictorios sobre la cifra de muertes entre las filas afganas debido a la mala comunicación con el área, localizada a apenas 30 kilómetros (20 millas) de la frontera con Pakistán y a aproximadamente 230 kilómetros (150 millas) de Kabul.
La OTAN dijo que además de los ocho estadounidenses hubo dos policías estatales afganos que murieron.
Un funcionario militar afgano, sin embargo, dijo que tres soldados afganos y un policía murieron en los dos días de combates. Por lo menos siete soldados del ejército afgano estaban desaparecidos y se teme hayan sido capturados, agregó la fuente, que habló bajo condición de no ser identificada debido a temores por su seguridad.
Además, el director policíal Jangulbagh dijo que 15 policías afganos fueron capturados, incluyendo el director policial local y su asistente. Jangulbagh estimó que aproximadamente 300 milicianos participaron en el ataque.
Nuristán, fronteriza con Pakistán, fue donde un ataque de milicianos contra un puesto militar en julio de 2008 mató a nueve soldados estadounidenses y llevó a acusaciones de negligencia de sus comandantes.
La semana pasada, el general David Petraeus ordenó una nueva investigación de ese ataque, en el que unos 200 milicianos armados con ametralladoras, lanzagranadas y morteros ingresaron a la base.
Badar dijo que había solicitado más fuerzas de seguridad para Kamdesh, el distrito donde ocurrió el ataque del sábado y dijo que los combatientes del Talibán habían llegado a Nuristán y la vecina Kunar luego que las fuerzas armadas paquistaníes expulsasen a muchos extremistas islámicos del Valle del Suat este año.
Un portavoz del Talibán, Zabiulá Muyajid, atribuyó al grupo responsabilidad por el ataque y dijo que 35 policías afganos están en manos del Talibán, incluyendo el jefe del distrito y que el consejo decidiría su suertes. Badar dijo que no había policías desaparecidos.
Agencia AP.
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