Por MIKE WARREN
BARILOCHE, Argentina — Los mandatarios de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) se dividían el viernes entre el rechazo de plano al acuerdo entre Colombia y Estados Unidos por el uso de bases militares y el pedido de explicaciones al presidente Alvaro Uribe por los detalles y alcances del pacto que genera tensión en la región.
Uribe defendió el acuerdo argumentando que Colombia precisa de la asistencia de las tropas estadounidenses para poner freno al narcoterrorismo y subrayó que el acuerdo no implica la cesión de soberanía por parte de su país, ni implica un avance sobre el territorio de otras naciones.
«Este acuerdo con los Estados Unidos se rige por el principio de la igualdad soberana… No hay renuncia colombiana a soberanía, no hay abdicación de soberanía, se rige por el principio de la integridad territorial de los Estados», dijo Uribe durante la reunión de mandatarios de Unasur que se celebra en esta ciudad, en la Patagonia argentina.
«El acceso de los Estados Unidos para ayudar a Colombia en la lucha contra el narcoterrorismo es un acceso sin renuncia de Colombia a la soberanía sobre un milímetro de su territorio», añadió.
En uno de sus artículos, el acuerdo establece que «no se puede utilizar (las bases) en asuntos internos de otro Estado», aseguró el mandatario colombiano.
Los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Venezuela, Hugo Chávez reclamaron entonces a Uribe que presente el documento del acuerdo para disipar los temores que genera.
«Ha habido informaciones muy difusas, vagas, ambiguas», dijo Chávez sobre el tratado que ha puesto bajo tensión a la región.
«Sería necesario tenerlo (al acuerdo) para salir de tantas dudas», añadió.
Más enfáticos fueron los mandatarios de Uruguay y Bolivia, que rechazaron el pacto.
«Uruguay aboga y rechaza históricamente, desde hace 200 años, para que en nuestro territorio no existan bases militares extranjeras, como tampoco deben existir en ninguno de los países constituyentes de América del Sur», dijo el presidente uruguayo Tabaré Vázquez.
«Cada presidente tiene derecho a aplicar políticas, sean comunistas, socialistas, capitalistas o neoliberales en su país, pero algo que no podemos vender, ni prestar, ni alquilar es la dignidad de la soberanía de nuestras naciones», señaló a su turno el jefe de estado boliviano Evo Morales.
«No se puede permitir la presencia militar extranjera en nuestros territorios, es un mandato sagrado, es un mandato noble que nos dan nuestros pueblos», añadió.
La mandataria anfitriona, Cristina Fernández, también manifestó su desacuerdo y llamó a sus colegas a adoptar una doctrina uniforme para evitar que en el futuro otros países adopten decisiones unilaterales que puedan perturbar la tranquilidad en la región.
«Si hoy se va a tratar el tema de las bases en la república de Colombia, mañana algún otro país puede también querer hacer lo mismo respecto de otros países. Entonces debemos fijar una doctrina uniforme y no hay doble estándar para este tipo de tratamientos», enfatizó.
El más moderado fue el mandatario de Perú Alan García, al sostener que «si se va a construir una base para bombarderos en Colombia o radares esféricos, yo estaría muy tentado a decir que suscribo un rechazo, pero si se va a recibir apoyo de transporte en el área colombiana, no me parecería eso una amenaza».